Por Manuel Hernández Villeta
La economía ofrece sorpresas. Da beneficios y dolor. A más desarrollo económico, mayor crecimiento de los cuadros de miseria. Un país puede estar en la línea del desarrollo, pero también sumergido en la miseria.
Son las relaciones de una moneda de doble cara. Capitalismo y pobreza. La distribución de la riqueza es desigual, a veces inhumana. Lo ideal sería el capitalismo con rostro humano, para no hablar de sistemas que se fueron al desague y que dificilmente retornarán.
Para países pobres como la República Dominicana la correlación de fuerzas económicas es dramática. Un país pobre, subdesarrollado, que quiere dar pasos hacia mayores niveles, pero que está carcomido por el hambre y la miseria.
No se puede negar que hay una cúpula, sobre todo en el sector empresarial, donde se presenta un gran desarrollo. Casi todos los meses se inauguran multicentros, en plazas con aire acondicionado central y facilidades de punta para hacer negocios.
Aunque cientos de miles de dominicanos solo ganan el salario mínimo o son chiriperos, no hay dudas de que hay un rescoldo de privilegiados donden los números están en verde y cada día aumentan su capital.
Para hacer potable la brecha entre capital y pobreza, se hace necesaria una redistribución de los beneficios, para dar un sentido social a la riqueza. Cuando no ocurre esa variante, sencillamente se cierra la posibilidad de que cientos de personas puedan comer.
En la cartilla de trabajo de los políticos dominicanos tiene que estar el lado social. Buscar alternativas y posibilidades para atender las necesidades de los excluidos. Los tiempos de revoluciones ya pasaron, pero la concertación se impone.
Hay situaciones sumamente explosivas donde la miseria y marginalidad campea. Cientos de miles viven sin agua potable, sin energía eléctrica, sin una comida segura, sin asistencia médica. Es culpa de un abandono tradicional, pero que tiene que ser resuelto ahora.
El gobierno o los gobiernos pueden llevar a cabo programas de mejoría general, pero no se olvide que dentro de la sociedad globalizada que estamos viviendo a los empresarios les toca su dosis de sacrificio y de hacer frente a los problemas.
Hay que dar un rostro y acciones humanas al gran capital, para que miles tengan derecho a una vida digna.
2014-09-03 08:17:48