Por Manuel Hernández Villeta
Hace muchos años, los hospitales públicos nacionales eran de los mejores de América Latina. No es exageración, ahí estaba el Dario Contreras, el materno-infantil Robert Reid Cabral, el Morgan y la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia. Demás está escribir del Salvador B. Gautier, del Instituto Dominicano de Seguros Sociales-
De un día a otro pasaron a ser, como dicen de las cárceles, cementerios de mujeres y hombres vivos. Areas destinadas a la asistencia médica, donde los pacientes morían por falta de atención o del suficiente cuidado.
Sólo los pobres iban a los hospitales públicos, la mayoría de las veces a estar hasta siete horas encima de una camilla sin que se les ofreciera la debida asistencia. Además, la mayoría de los hospitales no tenían material gastable, o médicos los hurtaban.
Parece que la situación va ahora a cambiar. Hace unos días el presidente Danilo Medina inauguró el nuevo Darío Conteras y prometió que seguirá siendo un hospital de los pobres. Bien, pero el recuerdo de lo que han sido los hospitales públicos siempre está presente.
Hubo deterioro físico, pero también una gran irreponsabilidad por parte del personal médico. Clientelismo político puso tensiones en una nómina que apenas si daba para pagar el personal que realmente trabajaba.
Para rescatar la idea que el pueblo tiene de los hospitales, lo primero es que se dé un buen servicio. De nada serviría que se invirtieran tantos millones de pesos en el Darío Contreras si los pacientes no reciben atenciones, o si para cambiar un yeso, los familiares deben empeñar las sábanas.
La asistencia sanitaria es sumamente cara en la República Dominicana, de la misma están excluidos los pobres, los de salario minimo y hasta la clase media sin seguro privado. Las atenciones en los hospitales deben ser totalmente gratuitas y hay que eliminar la cuota de recuperación.
Si creo que el que puede pagar por recibir atenciones en un hospital público, debe y tiene que hacerlo, pero es odioso cobrar una cuota de recuperación sin justificación, y que se puede decir que se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza.
Para hablar de desarrollo, se tiene que mejorar la asistencia médica de cada ciudadano, por lo que esperamos que los hospitales públicos puedan garantizar asistencia gratuita de primera calidad.
Si los hospitales son remodelados y reconstruidos con dinero del pueblo, y no pueden garantizar la asistencia gratuita a los pobres, todo este trabajo estará perdido. La medicina seguirá siendo excluyente para los sectores mayoritarios. Y eso no se puede permitir, con estructuras levantadas con el sudor, la sangre y la vida de todos los dominicanos.
2015-02-25 19:19:24