Cultura

Los Cangrejos en la derrota inglesa de 1655 II

Teófilo Lappot Robles

Por Teófilo Lappot Robles 

Aunque tenga no poco de artificiosa, existe una leyenda tejida con relación a un ruido al parecer intimidante de miles de cangrejos chocando entre sí sus diez patas y su caparazón, mientras vagaban en la nocturnidad dentro de los humedales marinos de Nizao, Najayo y Haina.

Ese decir forma parte de la información añeja vinculada con la derrota que en el 1655 sufrió en esta tierra caribeña el imperio inglés.

Es una de esas pintorescas estampas de nuestro remoto pasado, creada 265 años antes de que al ensayista y poeta francés André Breton se le ocurriera en el 1920 crear el surrealismo, con su carga de imágenes irreales que se  contraponen al racionalismo, cuya base como corriente filosófica para llegar a la verdad descansa en el poder de la razón. 

Algunos escritores crearon una narrativa entorno a ese fascinante tema, que sigue llamando la atención después de haber transcurrido 369 años.

Dicho eso a pesar de que Bernardino de Meneses Bracamonte y Zapata, más conocido como el Conde de Peñalba, que era gobernador de la colonia española de Santo Domingo cuando se produjo el referido fracaso militar de los ingleses, hizo su primer informe oficial al respecto el 6 de agosto del año 1656.

Dicho personaje, que también fue presidente de la famosa Real Audiencia de Santo Domingo (primer tribunal de la España colonialista en América) ya había salido de aquí y estaba de paso en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias. En el susodicho informe sobre esos hechos no mencionó ni por asomo el sazonado tema de los cangrejos.

Pero es oportuno decir (las noticias falsas no son cosa de ahora) que un conocido recopilador de hechos de nuestro ayer cita en una de sus obras al autor británico S.A.G. Taylor, que en su libro titulado El designio occidental (The western design) se refiere a un periódico inglés que de modo inexplicable convirtió para sus lectores en “triunfo” la derrota sufrida aquí por las tropas enviadas al Caribe por el tirano Oliver Cromwell.

Así de falso se publicó en Londres lo ocurrido en Santo Domingo la última semana del mes de abril del 1655:“Una gran y maravillosa victoria lograda por las fuerzas inglesas bajo comando del general Penn y el general Venables”. 

El mismo Taylor puntualizó que: “El esfuerzo para capturar a la ciudad de Santo Domingo fracasó en forma desastrosa y para no volver a Inglaterra con las manos vacías se decidió atacar a Jamaica pues se le consideraba una presa fácil, un premio de consolación”.(Citado por Bernardo Vega. Obra titulada La derrota de Penn y Venables en Santo Domingo, 1655. P.121.Editora Búho, 2013). 

Por esos acontecimientos del pasado la lengua materna en la República Dominicana es la de Miguel de Cervantes y la de Jamaica es la de William Shakespeare.

Autores de aquí y otros lugares que se han referido a ese desastre militar inglés niegan el tema de los cangrejos. Otros ni siquiera a título de anécdota lo mencionan.

El primer autor dominicano que dejó sus reflexiones sobre ese asunto fue el historiador y jurista Antonio del Monte Tejada.

Dicho autor, al reseñar el caso de los cangrejos de 1655, se refirió a la avanzada de las tropas inglesas que intentaban por segunda ocasión en pocos días ocupar la ciudad de Santo Domingo, diciendo que:

“Percibió en el silencio de la noche que precedió a la batalla un ruido sorprendente, causado sin duda por el continuo movimiento de estos crustáceos…sorprendidos los centinelas creyendo que era la caballería española con sus broqueles y herraduras lo que motivaba el ruido, y disuadidos ya de su esfuerzo…dieron en huir, sembrando el terror y el desorden en el ejército acampado, que se precipitó a refugiarse en las naves”.(Historia de Santo Domingo. Antonio Del Monte Tejada. Impresora Dominicana, 1952.AGN.Tercera edición.

Pedro Morel de Santa Cruz (el cuarto con ese nombre en esa famosa familia del pretérito Santiago de los Caballeros), que fue obispo en Nicaragua y Cuba, en el siglo XVIII, también dejó una nota con tintes de dramatismo sobre el mencionado chasquido de cangrejos, al señalar que:

“… persuadidos los ingleses que eran ejércitos armados que iban contra ellos, o volvían la espalda, o valiéndose de las armas unos contra otros  se quitaban irreversiblemente las vidas…”

El político, abogado y narrador tradicionalista Manuel de Jesús Troncoso de la Concha escribió un ensayo que tituló La victoria de los cangrejos, en el cual sazona con donaire estilístico dicha leyenda.

Dicho escritor, luego de referirse a la exitosa reacción de criollos y españoles que lograron expulsar a los invasores ingleses desde el Bastión de San Genaro (luego Puerta del Conde, Puerta 27 de Febrero y finalmente Parque Independencia) explica el por qué los ingleses no pudieron reorganizarse desde los lugares de sus desembarcos para atacar de nuevo.

Así escribió Troncoso de la Concha: “…Se debió a la inconsciente o tal vez providencial intervención de los cangrejos que pululaban por la costa meridional de la isla durante la época del año en que la invasión se produjo”. (Narraciones Dominicanas. Editora Cenapec, 1998.P.23. Manuel de Jesús Troncoso de la Concha).  

En la próxima y última entrega de esta serie divulgaré más detalles sobre la cuestión del ruido nocturno de los cangrejos y la mencionada derrota en Santo Domingo de los ingleses.