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El uso de la coma: nos mintieron todo este tiempo

diariodominicano.com

Por: David Paredes

Santo Domingo, R. D., 12 de abril, 2023.- Generalmente tenemos un problema como individuos respecto a lo que nos enseñan en las escuelas, los colegios u otros centros de educación secular y, es que, casi nunca nos cuestionamos o ponemos en duda lo que se nos dice allí ni la fuente de donde se tomó dicho conocimiento. Damos por sentado, sin filtros y sin anestesia, que todo es tal cual nos explicaron.

Con este comentario cuasi irreverente no estoy diciendo que lo que aprendimos en las aulas no es legítimo o fiable, sino que, con un poco de indagación por parte nuestra, quizás encontremos que algunas cosas que nos instruyeron, necesitan de una ligera rectificación.

Es el caso del uso de la coma que, en primaria, el bachillerato (¡y hasta en la universidad!) nos dijeron lo siguiente: que la coma sirve para hacer pausas en la lectura. 

Cuando escucho a alguien decir o validar esta definición, se me nubla la vista, se me aturden los demás sentidos y sólo aspirar una buena bocanada de aire evita que caiga redondo en el piso. Pero, ¿por qué?, porque el día que nos dieron esa información en la escuela nos mintieron, igual que el día que nos dijeron que los juguetes de nuestra niñez eran cortesía de los Reyes Magos o Santa Claus, y no de nuestros padres o tutores.

Según la Real Academia Española (RAE), órgano rector de nuestro idioma, la coma (,) es un signo de puntuación que delimita unidades lingüísticas inferiores al enunciado (Ortografía de la RAE, 3.4.2) y que, por tanto, contrario a lo que nos contaron, no es para hacer pausas, sino para darnos una idea de la construcción del orden lógico de la oración.

El error que por generaciones hemos llevado a cuesta sobre el uso de este signo de puntuación es tan cegador que, a veces, no nos damos cuenta que hay comas en las oraciones que no ameritan hacer una pausa oral y otras pausas orales en la oración que, ni por asomo, llevan coma. 

Entonces, visto esto, y reconstruyendo la definición de la RAE en términos más sencillos, diremos qué es verdad y qué es mentira sobre el uso de la coma.

¿Su uso es para hacer pausas orales? ¡No! Hay casos, como el de la estructura lingüística “sí, señor”, donde es obligatorio poner coma entre ambas palabras, ya que se trata de la afirmación “sí” seguida del vocativo “señor”. En cambio, cuando se lee o se pronuncia se hace corrido. Y así hay infinidad de casos más.  

Un caso contrario es cuando leemos, por ejemplo, “estaba tan cambiado que apenas lo conocí”. La lectura de esta oración lleva una pausa obligada a mitad de camino. “Estaba tan cambiado/que apenas lo conocí”. No obstante, no hay coma en dicha estructura lingüística.

Así que, a lo mismo: si hay casos donde hay pausas sin comas y comas sin pausas, es un error gravísimo ensañar que la pausa oral es la razón de ser de la coma.

La pregunta lógica es, entonces ¿para qué sirve la coma?

Según la RAE, este signo de puntuación tiene el objetivo de dar una idea de la construcción del orden lógico (sintaxis) de la oración. Por tanto, sus funciones son las siguientes:

1) Para la delimitación de incisos, es decir, ideas al margen, insertadas en una oración. En esos casos se usan dos comas: una pegada al final de la última palabra antes del inicio y otra pegada al final de la última palabra del inciso. Ejemplo:

El respeto al derecho ajeno, ya se ha dicho muchas veces, es la paz.

2) En casos de aposición explicativa, también llamada aposición no restrictiva, que es un agregado después del sujeto de una oración en la que se exponen más datos sobre la persona, lugar o cosa de la cual se habla. Ejemplo:

Juan, el de la tienda de la esquina, fue el primero en llegar. 

3) La coma también debe usarse para la separación de elementos dentro de un enunciado. Siempre que haya una numeración o lista se utilizará la coma para separar los elementos de ésta. Ejemplo:

Tengo perros, gatos, conejos y pajaritos.

4) También la coma se usa cuando en la oración o enunciado hay un vocativo, o sea, cualquier forma en el que es llamado el receptor del mensaje. El vocativo se escribe siempre asilado con comas. Ejemplo:

Hey, tú, ¿qué haces?

Por eso, Jorge, no irás.

En ese caso, amigo, tendrás que hacerlo.

5) Las locuciones conjuntivas o adverbiales como asimismo, obviamente (y todos los adverbios terminados en “mente”), en efecto, es decir, en fin, por consiguiente, no obstante y otras de la misma clase, sean cuales sean su posición, estas van precedidas y seguidas de coma. Ejemplo:

Dame eso pronto, es decir, si te parece bien.

Carlos, obviamente, no se sintió complacido con eso.

6) Se usa coma en apéndices confirmativos. Estas son expresiones interrogativas de refuerzo que cierran un enunciado. Ejemplo:

No te gusta esta ciudad, ¿cierto?

Buscarás a tu suegra, ¿sí?

Confías en mí, ¿verdad?

Una de las dudas más frecuentes a la hora de escribir es si debemos poner coma antes o después de la conjunción “y”. En ese particular, la RAE sugiere que no es recomendable poner coma antes de la conjunción “y”, salvo los casos siguientes:

1) Cuando lo que se escribe después de una serie de elementos que empieza con la conjunción “y”, pero no pertenece a la serie. Ejemplo:

Compró una botella de vino, queso, mortadela y panes, y llamó a sus amigos.

2) Cuando la conjunción “y” es un sinónimo de “pero”.  En este caso es admisible, mas no necesario. Ejemplo:

Estudió mucho para su examen, y no aprobó.

Hizo el trabajo, y no le pagaron.

Otros casos en que se presentan confusión en el uso de la coma es en la coordinación adversativa pero, mas, aunque, sino (que). En tales casos, la RAE recomienda que se debe usar coma previo de las oraciones coordinadas introducidas por dichas conjunciones. Ejemplo:

Hazlo si quieres, pero luego no digas que no te lo advertí.

Cree que ha hecho bien el examen, aunque tiene dudas.

Sabía que era peligroso, mas no tenía miedo.

No lo hizo porque le gustara, sino porque era su deber.

En los casos de la conjunción copulativa ni, lo sugerido es que no se use la coma entre los miembros coordinados por esas conjunciones, en casos en que las estructuras en las que se emplea repetidamente. Ejemplo:

No quiere ni comprarlo ni que se lo regalen.

Ni tú ni yo supimos entenderlo.

Estas naranjas no las venden ni aquí ni en ningún sitio.

Es como el dicho: ni lava ni presta el jabón.

Mi experiencia particular me ha mostrado que, en nuestro país, las mayores fallas que ponen en evidencia la debilidad de nuestro sistema educativo en materia de ortografía son: el uso de la coma, la acentuación, la sintaxis y el uso de mayúsculas y minúsculas; del cual hay un artículo escrito por el catedrático, periodista y escritor Oscar López Reyes, que recomiendo leer en este enlace: https://elnuevodiario.com.do/las-mayusculas-su-uso-apropiado-i/

Es responsabilidad del Ministerio de Educación reajustar su curricula formativa, partiendo por utilizar las fuentes apropiadas, no los libros de texto que se comercializan y cuyos contenidos pareciesen estar divorciados de la enseñanza de la correcta escritura, el buen uso del léxico y el dominio de las reglas gramaticales, constituyentes de los tres grandes ámbitos que regula la norma de una lengua.

Con el objetivo de dominar las reglas básicas de ortografía, recomiendo a los lectores, sobre todo a aquellos cuyos hijos están cursando sus estudios de primaria y secundaria, adquirir el libro Ortografía de la lengua española de la RAE y su correspondiente Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española (DRAE).  

Aprender a escribir usando las normas elementales de puntuación, la gramática y la ortografía debe ser una meta de cada persona y, sobre todo, de los profesionales en diferentes niveles de la vida laboral. No es necesario ser un lingüista, pero lo básico es más que respetable. Porque de lo contrario, no importa el nivel, el profesional que falla al escribir, su título no sería más que un pedazo de papel colgado a la pared. ¡Sépalo!