diariodominicano.com
Por Manuel Hernández Villeta
Santo Domingo, R. D., 10 de enero, 2025.- La libre determinación de los pueblos se debe respetar. La situación interna de Venezuela es competencia de ese país, y de nadie más. Son los venezolanos los que deben decidir el gobierno que desean, y nadie tiene derecho a una tarea injerencista.
La República Dominicana tiene fragmentadas sus relaciones con Venezuela, razón por la cual no hay que seguir perforando esa herida. Lo ideal es que el gobierno dominicano en el plano de soluciones a lo interno de Venezuela, mantenga una línea de observación, y nada más.
Los Estados Unidos desean echar del poder a los chavistas, es la voz el gran imperio con sus razones muy particulares, donde embruja la cabeza los intereses económicos. En ese pleito la República Dominicana no tiene nada que buscar.
La solidaridad con un grupo determinado de Venezuela, valga decir los sectores de oposición, no puede llevar a las autoridades dominicanos a ser parte de lo que se puede decir es un acorralamiento a Nicolás Maduro.
Se dio un primer paso, luego de las elecciones presidenciales de Venezuela, y ello llevó a prácticamente un rompimiento de relaciones diplomáticas. Ahora, recibir al llamado presidente electo es unirse a sectores de los Estados Unidos que buscan desalojar del poder a la llamada revolución del siglo 21.
Cierto que se dieron irregularidades y acciones de fuerza en las pasadas elecciones de Venezuela, pero las autoridades de comicios proclamaron a un ganador que es el actual presidente Nicolás Maduro. Nadie más tiene derecho a proclamar que es presidente electo.
En la crisis interna de Venezuela a lo más que se podría llegar sería a la realización de nuevas elecciones, con presencia de delegados internacionales, y dónde se podría lograr que gane el que tenga más popularidad.
La vida política venezolana está polarizada entre la oposición, que demuestra fuerzas y poder de convocatoria, y los chavistas que ejercitan grupos listos a pelear en cada barrio. Una defensa política copiada de los cubanos y sus Comités de Defensa de la Revolución..
En buen lenguaje, Venezuela en medio de una crisis económica tiene un futuro incierto. Los llamados a desobediencia civil no son suficientes para doblegar al régimen, pero se corre el peligro de algún tipo de adhesión militar.
El gobierno debe sacar las manos de la crisis interna de Venezuela. Hay que respetar a los pueblos y rechazar cualquier tipo de injerencia en sus problemas internos.