Por Manuel Hernández Villeta
De cara a los próximos dos años y una eventual repostulación, Danilo Medina tiene tres grandes retos por delante: iniciar una política de pleno empleo gubernamental y del sector privado, lograr rebajas en los precios de los alimentos de primera necesidad, aún dentro de la era del libre mercado y adecuar los sistemas de seguridad para reducir la violencia.
En cualquier país estos tres renglones tendrían que ser solucionados por la empresa privada o los técnicos de organismos de seguridad, pero en la República Dominicana la cultura es seguir al presidente, todo se inicia, o se concluye, si lo dispone la pluma presidencial.
Hay que echar, a largo plazo, las zapatas para que la maquinaria de Estado pueda funcionar de acuerdo con los programas institucionales, sin que el presidente de la República se tenga que preocupar de posibles menudencias que tienen que ser corregidas por los ministros o directores departamentales.
Pero si la mano del Presidente de la República no ejecuta, todo se paraliza. El Estado, donde la institucionalidad es un desperdicio, se motoriza y vive de acuerdo con la respiración del mandatario de turno.
En 24 meses Danilo tiene que ampliar la política de pleno empleo. El gobierno está inpedido de crear unilateralmente nuevas fuentes de empleo, sobre todo porque lo que se plantea es reducir burocracia, tecnificar puestos y muy en especial el desechar las botellas.
Es el sector privado, pero con la supervisión, la ayuda y cooperación del gobierno, que tiene que crear nuevas plazas. La automatización a la carrera en muchas empresas, los horarios extendidos y la fusión empresarial terminan creando desempleo masivo. Esto lo tendrá que revisar el gobierno.
Danilo continúa desarrollando de forma exitosa una política que busca incentivar a los grandes productores, y también a los micro-empresarios, pero tiene que pensar en los resultados finales de esa ayuda. No están cooperando ni los empresarios ni los micro-empresarios al bienestar del pueblo.
Los productos de primera necesidad cada día están más caros, a pesar de toda la protección que se da al sector empresarial. Hay que aplicar medidas radicales para ver los costes de producción y comprender que el libre mercado no significa que se de licencias a granel a sepultureros sociales.
Si el gobierno logra mantener con éxito una política de pleno empleo y que se rebajen sustancialmente los precios de los comestibles de primera necesidad, se estará dando el golpe más certero al crimen organizado. El origen de la violencia es la exclusión del empleo y social, con la caída en la prostitución y el raqueterismo como forma emergente de una persona poder subsistir.
Son retos para 24 meses que sólo se podrán lograr con un gran trabajo, desde luego el éxito puede significar el continuismo, del Presidente o del partido.
2014-08-14 03:29:18
