Opiniones

A Pleno Sol Miedo Social

Por Manuel Hernández Villeta

En los países sub-desarrollados el miedo es la gran moneda de curso. Se tiene miedo a perder lo que no se tiene; hay el miedo colectivo a caer en la exclusión, cuando se está excluído; a perder la libertad, cuando se tienen cadenas; a no tener libre expresión, cuando los labios son cruzados por una cremallera.

El miedo al miedo es el paso en falso que dan los pueblos sin huellas que le permitan estudiar su pasado, y sin fuerzas para abrir trocha al porvenir. Su gran disyuntiva es que el pasado y el presente es ahora. No habrá futuro si hoy no damos el primer paso a su encuentro. El pasado importa poco, si no podemos mover el polvo sobre su senda y analizarla.

Los grandes dictadores de la América Latina se han enquistado en el poder, gracias a los temores de una población que nunca consiguió la libertad, ni tuvo el derecho y el placer de comer siquiera una vez al día. Llega el momento en que la multidud amorfa y silenciosa lo cambia todo por un pedazo de pan, y por lo que considera su seguridad y su paz.

Las dictaduras ofrecen la paz de los cementerios. Facilitan la comida, que extraen del esfuerzo diario, de la sangre y el sudor de las grandes mayorías. No hay paz y seguridad, cuando hay sólo monigotes sin fuerza para poder escuchar su propia respiración.

Los dominicanos gozamos hoy de paz, de libertades, del derecho a la comida, la asistencia hospitalaria, la educación, del trabajo y de desempleo. La vida siempre tiene dos caras, habra libertad y esclavitud, trabajo y desempleo, orden y atropellos, democracia y violaciones constitucionales.

La única vedad absoluta de la ebullición social, es que el hombre tiene que estar siempre en movimiento, un paso adelante, para no retroceder. La marcha social y generacional no se congela en ningùn momento, sólo los conservadores no lo comprenden y siguen arrimados a un lado del futuro es hoy, para rumiar sus dolores y sus desesperanza.

Siempre me pregunto en el tema de Trujillo. El problema para los dominicanos es que nunca se dejó libre el estudio de la Era de Trujillo. Los errores se ocultaron debajo de la alfombra, y los pecados se han repetido hasta el casancio. Hoy no somos una sociedad ni peor ni mejor que en el 1961, sólo que sobre nuestros hombros han pasado 60 años hacia el progreso, sin siquiera darnos cuenta.

Hay que comenzar a labrar el futuro dominicano. Estamos estancados en el limbo de nuestras coyunturas gastadas y sin grasa para darle mayor movimiento. Quiéralo o no, el hombre es el principal agente de su destino y el que mueve los cambios sociales. Estar de brazos cruzados, solo indica que nos convertimos en muñecos de trapo y la procesión nos pasó por encima. Todo cambia en forma permanente, aunque como individuos sigamos sentados en la misma silla o parados en la misma esquina. ¿A dónde vas?

2015-06-24 00:30:17