Opiniones

A Pleno Sol Fractura política

Por Manuel Hernández Villeta

Una de las grandes debilidades de los partidos políticos es su gran fortaleza. Cuando un grupo político sabe que es el conglomerado líder de masas comete un pecado que en ocasiones los lleva al abismo, al dejar de mirar a los que caminan entre el barro y la marginalidad.

Pasó hasta con partidos socialistas. Lucharon con las armas en las manos para hacer una revolución de igualdad, pero paulatinamente de su fuero interno se añadieron la burocracia, el arribismo y el olvido, para no recordar la anterior sangre derramada.

El Partido de la Liberación Dominicana enfrenta hoy una de sus decisiones más difíciles: debe luchar para seguir en el poder sin tener rival exterior, pero con las fisuras de posibles divisiones a lo intestino.

Cuando no hay enemigos internos, ni se necesita una unidad para la acción y para mantener lo que se tiene, llega el enfrentamiento interno, que regularmente es desvastador.

La lucha por candidaturas municipales tiene que ser detenida a tiempo en el PLD. Es un espejismo pensar que los candidatos pueden ser escogidos por sondeos, encuestas o primarias. Nada de eso. Sólo una posición unitaria de la cúpula peledeista puede permitir llegar a una solución sin heridas en la imposición de las candidaturas.

Tiene que darse una conversación personal, en mangas de camisa, entre el presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández. Nadie más. Ellos dos son los máximos dirigentes del PLD, y donde la dirección es compartida entre dos, sólo el diálogo evita la división.

Estoy de acuerdo en que el PLD tiene una fractura, que todavía no es importante y no le quita ni fuerza ni movilidad, pero necesita un yeso para poder curarse y tener toda la vitalidad necesaria para participar en las venideras elecciones. Esa escayola la tienen qe colocar, en forma conjunta, Leonel y Danilo.

Sin la unidad del liderazgo de esas dos figuras, el PLD irá dividido a las elecciones congresuales, municipales y presidenciales, y eso podría traer grandes sorpresas. El principio de la derrota es una división.

El Comité Político está para aprobar resoluciones, pero todos sus miembros responden a uno de esos dos líderes, por lo tanto la decisión no corresponde a estos colegiados, sino a los que tienen en sus manos el destino del grupo morado.

No se olvide que las heridas abiertas a raíz de la lucha por la reelección fueron suturadas y tratadas con yodo, pero todavía no están completamente cicatrizadas.Si además hay una fractura social, el camino es difícil y cuesta arriba, aunque sin una fuerte oposición a la vista, la concertación puede matizar el triunfo.

2015-09-30 00:40:51