Opiniones

A Pleno Sol De educación

Por Manuel Hernández Villeta

La educación es un gran negocio en la República Dominicana. La lucha de los empresarios por el cuatro por ciento para la educación, no pasó de ser un movimiento lucrativo. Es necesario tener un buen presupuesto para que la educación avance, pero otra cosa es que el negocio se adueñe de este segmento básico para el desarrollo de la sociedad.

En la educación básica, la mayoría de las familias dominicanas tienen que llevar sus hijos a las escuelas públicas. Carecen de los recursos económicos para cubrir los crecientes costos de los colegios. Nadie al parecer exhíbe fuerzas para controlar a los inversionistas del área de la educación, que suben los pagos mensuales a pagar y los colocan a como les venga en gana.

El sector privado ha sido mezquino con la educación en la República Dominicana. Lleva los colegios a estar fuera del alcance de la clase media, y no ofrece ninguna ayuda al Estado para que mejoren los programas de enseñanza.

Por lo tanto es inaceptable que sean representantes del sector privado que hagan críticas a la política de la tanda extendida, la alimentación escolar y a los esfuerzos que se realizan para mejorar la educación pública. Son indiferentes a crear y fortalecer un programa coordinado con el gobierno para mejorar la educación, y tienen el tupé de entrar a las denuncias alegres.

Cierto que la educación pública tiene fallas; profesores, ahora bien pagados, pero en ocasiones semi-analfabetos; técnicos irresponsables y hasta funcionarios de primer nivel que evaden sus responsabilidades. Pero no toca a los empresarios del área de la educación hacer señalamientos, sin antes ellos pasar revista a sus culpas.

Las fallas de la educación no pueden ser vistas como un hecho aislado en este proceso de abandono, marginalidad, desesperanza y pobreza extrema en que vive la sociedad dominicana. Con políticas económicas que favorecen la creación de riquezas sin un reparto equitativo, esos empresarios llevan al país al borde del colapso. La falta de empleo, los salarios miserables, la falta de viviendas, la ausencia de una política de respaldo social, la escasa protección a la infancia, son de los muchos escollos que enfrenta el desarrollo dominicano.

El cuatro por ciento nunca fue solución al problema educativo. Más bien era la forma de ratificar ganancias de los empresarios que incursionan en la educación. Si hoy hay que hacer críticas es a los que aumentan los pagos de colegiatura todos los años, cambian libros de texto anualmente, cuando debe ser cada tres años, obligan a nuevos uniformes semestralmente y hasta favorecen unas pruebas nacionales, que no satisfacen demandas de adecuar la educación al siglo 21.

Las crítica de grupos empresariales al proceso educativo es un accionar que peca de hipocresía; son responsables y culpables de muchos de los problemas del área y su indiferencia, en muchos aspectos de la vida nacional mantiene postrada la agenda del desarrollo dominicano.

2015-10-01 23:27:00