EL TIRO RAPIDO DE LA SEMANA
De
Mario Rivadulla
Viernes 23,01,09
Reiterar una vez más que la educación constituye el puntal más importante para promover el progreso de un país y elevar el nivel de vida de sus ciudadanos, es como llover sobre mojado. Es también una verdad que se va arraigando cada vez más en el seno de nuestra sociedad y motivando a mayor preocupación y acciones orientadas a elevar los bajìsimos estàndares docentes que acusamos y que en cada evaluación regional nos hacen pasar por la vergüenza de colocarnos en el escalòn más bajo.
Desde finales del pasado año, la Asociaciòn Dominicana de Profesores que dirige la experimentada educadora Marìa Teresa Cabrera, se embarcó en una sostenida campaña de recogida de un millón de firmas para reclamar se destine el cuatro porciento del Presupuesto Nacional a la educación, tal como dispone la ley.
El Secretario de Estado del ramo, Melanio Paredes, con amplio conocimiento pràctico de los problemas que aquejan a la docencia dominicana, ha enarbolado como meta cumplir un programa de mil horas de clase en el perìodo escolar al tiempo de desarrollar un amplio programa de rehabilitación y ampliación de las aulas, buena cantidad de las cuales se encuentran y funcionan en forma inadecuada.
EDUCA, institución fomentada y sostenida por el sector privado para contribuir a elevar la calidad de la educación en el país, bajo la dinàmica conducción del empresario Celso Marranzini, hace tambièn continuos señalamientos y aportes en esa direcciòn.
Todo esto es válido.
Ciertamente se requiere destinar mucho mayores recursos a la educaciòn, como objetivo y obligación principalìsimos del Estado. Aunque de momento, y menos bajo las actuales circunstancias de crisis no sea posible destinar a la misma ese cuatro por ciento del Producto Interno Bruto, hay que dar pasos que nos acerquen cada vez más a lograrlo.
Hay que ampliar el promedio horario de clases que en nuestro paìs apenas rebasa las dos horas y media diarias frente a las más de cuatro que es la media mundial. Esa hora y media de menos constituye un serio déficit en nuestra contra que debemos tratar de superar lo antes posible.
Y es preciso mejorar y modernizar los programas de aprendizaje y la calidad de la enseñanza convirtièndola de simplemente informativa en integralmente formativa, con la incorporación de principios y valores, técnicas de razonamiento, aspectos pràcticos de la vida cotidiana, preservación ambiental y compromiso social.
Educar es mucho más que transmitir conocimientos. Es formar para la vida. En nuestro caso mostramos seria cojera en lo primero, lo que reflejan las quejas de profesores de enseñanza superior sobre las serias lagunas que arrastran desde la Primaria y Secundaria la mayoria de los bachilleres que tocan a las puertas de las universidades, de donde saldrán, en el mejor de los casos, convertidos en profesionales mediocres e incompetentes. En cuanto a lo segundo, la ausencia de formación ética, de principios patrióticos y de responsabilidad social son cada vez más evidentes, resultando desplazados por el afán de lucro fácil al precio que sea, la fiebre consumista y la carencia de escrúpulos.
Superar esa penosa minusvalidez de conocimientos y de valores es el gran reto que enfrenta la educaciòn dominicana.
2009-01-23 15:00:50