Mario Rivadulla
Miércoles 27,05,09
Ayer, en el curso de una muy debatida sesión caracterizada por algunas encendidas y polémicas intervenciones, fue aprobado en primera lectura el artículo de la nueva Carta Magna que establece las normas constitucionales que regirán para el disfrute de la nacionalidad dominicana.
Por nueva vez, al igual que en la sesión congresional del día precedente en que se aprobaron de urgencia préstamos por más de seiscientos millones de dólares, los legisladores perredeístas que siguen las orientaciones de Miguel Vargas Maldonado hicieron causa común con el bloque peledeísta para impartir su bendición al híbrido acordado por éste con el Presidente Leonel Fernández como parte del acuerdo que firmaron la víspera del viaje del mandatario a España. Mediante esta fórmula se podrá adquirir la condición de dominicano por doble vía: la del jus sanguinis, como estaba originalmente en el proyecto enviado a las Cámaras por el Ejecutivo y la del jus solis, promovida por su ex opositor en los pasados comicios.
El texto llevado a debate fue elaborado en la comisión mixta presidida por la legisladora peledeísta, Isabel Bonilla, la cual lo defendió con vigor frente a la dura y a ratos agresiva oposición encabezada por los diputados de la Fuerza Nacional Progresista, Pelegrín Castillo y José Ricardo Taveras con el apoyo de veintisiete asambleístas de la bancada reformista, los cuales se vieron superados ampliamente por los ciento sesenta y seis votos que respaldaron la propuesta.
Vale aclarar que obviamente, tanto para el jus sanguinis como para el jus solis se establecen las circunstancias y condiciones en que se podrá disfrutar del privilegio de la nacionalidad. Así mismo, que a diferencia del actual texto que no lo aclara, en el artículo aprobado ayer se establece de manera expresa que no serán considerados dominicanos los hijos nacidos de aquí de padres extranjeros que residan en el país de manera ilegal. Dicho de paso, esto no impide que mediante los trámites establecidos en la ley, en su momento y satisfaciendo todos los requisitos exigidos, se pueda optar por la ciudadanía dominicana.
Queda todavía aprobar este debatido artículo en segunda lectura, lo que seguramente de aquí a entonces será objeto de diversas y numerosas opiniones expresadas a través de los medios de prensa donde el tema de la nacionalidad, sobre todo referido a los haitianos que residen en el país sin haber legalizado su presencia, ha sido siempre analizado desde las más variadas ópticas y posiciones, muchas veces apelando a más descalificaciones que argumentos. Es seguro también que al buscar la ratificación en segunda vuelta, la Asamblea Revisora vuelva a ser escenario de nuevos y encendidos debates que sería deseable que más que para desfogar pasiones, cumplir acuerdos políticos, responder a presiones o reflejar temores sirvan para dejar bien esclarecido y afinado un asunto de tan vital importancia como es el sagrado principio de la nacionalidad.
2009-05-28 13:31:39