Cultura

Luis Sepúlveda defiende existencia de la literatura comprometida

Luis Sepúlveda defiende existencia de la literatura comprometida



El escritor chileno realizó tales declaraciones durante una mesa redonda en el Salón del Libro Iberoamericano, del cual él es director.

Luis Sepúlveda, director del Salón del Libro Iberoamericano que se clausura hoy en la española ciudad de Gijón, defendió que la literatura honesta no teme «hundir sus manos en el barro» de la historia, de la economía o del medio ambiente.



El escritor chileno hizo esta afirmación en una mesa redonda sobre «La huella ecológica» de la literatura, celebrada en el marco del Salón del Libro Iberoamericano de Gijón, que dedica esta edición a la defensa del medio ambiente.



Sepúlveda defendió la idea de una escritura militante y comprometida con los problemas del momento, entre ellos la degradación del medio ambiente.



Para el escritor «el deterioro ecológico no es un designio ni un castigo divino y sus causas son culturales y, por tanto, políticas, fruto de la cultura del lucro, de la deshumanización progresiva de ese cinco por ciento de la humanidad que usufructúa el noventa y cinco por ciento de la riqueza planetaria».



Por su parte, el guatemalteco Eduardo Halfón, quien también participó en la mesa redonda, rechazó que «el medioambiente suponga un desafío» a la hora de escribir.



Mientras, que el ecuatoriano Javier Vásconez destacó la seducción que para los escritores tienen las palabras y definió su trabajo como de «jardinería gramática», y la ecología como la necesidad de «tomar conciencia sobre el potencial de destrucción que tiene el hombre».



Vásconez consideró que «la literatura ayuda a entender la naturaleza porque propone una mira diferente sobre ella».



Entre las presentaciones de libros que tuvieron lugar hoy en el Salón ha destacado la de Antología Poética del Imperio Inca, del peruano Leo Zelada.



El pequeño volumen presenta traducidos al castellano poemas quechuas, que son parte del trabajo de recopilación que hizo a lo largo de su vida el padre de Zelada, Braulio Grajeda Challco, que presidió el Instituto Superior de Quechua de Perú.



Poemas de amor, en general, ligados a la vida rural y a una sociedad que vive en comunión con la tierra y que eran recitados en quechua, hablado desde hace siglos en toda la región andina, y que como fue una lengua que no tuvo expresión escrita, quedó relegada de las culturas oficiales.



Por su parte, Vascónez presentó su novela Jardín Capelo, editado por la Fundación Orogenia de Quito, que tiene como escenario un jardín de buganvillas, bromelias y helechos, en que nace un amor tan verdadero como inalcanzable.



EFE

2008-05-12 19:31:25