Por Luis Encarnación Pimentel
Habla muy mal, y es irresponsable y peligroso, que al despedir el 2025 y asomar el 2026 se emitan opiniones o alimenten campañas ligeras que arrojen dudas sobre el desempeño y estabilidad del Banco de Reservas, depositario oficial de los recursos públicos del país, lo que, por demás, se traduce en daños y riesgos en materia de confianza contra el sistema financiero en general. Por eso, fue oportuno que el Banco Central y el gobernador Héctor Valdez Albizu, con el peso y el factor confianza que representan, le salieran al frente a comentarios y rumores, para ubicar las cosas en el lugar indicado y llevar la tranquilidad necesaria a la ciudadanía y a los agentes económicos.
En ese sentido, y en reunión con el superintendente de Bancos , Alejandro Fernández, donde se presentaron los resultados del sistema financiero nacional, el gobernador destacó la fortaleza y solidez del banco del Estado, reflejados en un nivel de liquidez que evidencia capacidad para responder de manera holgada sus compromisos financieros, así como en un crecimiento sano de sus activos, en la calidad de su cartera de créditos, en aumento de las inversiones en valores y en los bajos niveles de riesgo que muestra la entidad. La salida al frente de Valdez Albizu y el Banco Central esta vez, presentes el grueso de la representación de la banca nacional y el ministro de Hacienda, Magín Díaz, nos hizo recordar la ocasión de un sábado a media mañana en la que el finado y siempre recordado don Alejandro Grullón, fundador y presidente histórico del Banco Popular llegó de La Romana a la sede del mismo a dar la cara y desmontar unos rumores aviesos puestos a circular en ese momento contra la prestigiosa institución financiera privada.
El hombre tiró por el suelo los rumores y, ante la prensa nacional y un país en expectativa, le dijo a los que tuvieran alguna duda o temor que les esperaría el lunes a primera en la puerta del Banco, para devolverle su dinero al que quisiere retirarlo. Nadie se apareció el lunes con esos fines; bastó la confianza que inspiraba don Alejandro para devolver la tranquilidad y cortar de cuajo la campaña en pie. Ahora, guardando la distancia en el tiempo y en los personajes, la historia parece repetirse. Por demás, se entiende innecesario y hasta una provocación sin sentido que alguien, ya no de oposición política – que tampoco cabría -, sino del área del derecho, aporte municiones a unas redes sociales irresponsables y desafié al Estado y a la Ley Monetaria y Financiera 183-02, que sanciona la difusión de rumor o información no verificada que ponga en riesgo la solvencia, liquidez o estabilidad del sistema financiero y las entidades bancarias.
Sembrar dudas o temores en la banca a nadie ayuda y a todos, finalmente, afecta. Entonces, seriedad y prudencia con cosas sensibles y delicadas como la banca y el sistema financiero de un país. Con eso no se juega, aunque si hay fallas y falencias, hay que corregirlas, y las quejas del público, que las hay, hay que atenderlas. La mejor manera de combatir rumores o compañas orquestadas, y de ganar o consolidar la confianza ya lograda. encar-medios@hotmail.com
Luis Encarnación Pimentel encar-medios@hotmail.com