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MAIMÓNIDES, UN JUDÍO EXCEPCIONAL DEL MEDIOEVO

Teófilo Lappot Robles

POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES

La vida del filósofo, teólogo, médico y astrónomo judío sefardí Moisés Maimónides fue como una parábola. Nació en el seno de una familia que posiblemente llegó a la península ibérica antes del siglo XI. Estaba, en consecuencia, bien empapado de todo lo que se vinculaba con la judería formada en España y Portugal, especialmente a partir de la Edad Media.

Siendo veinteañero ya era una personalidad notable en la cultura ibérica y conforme iba ganando años se fue transformando en uno de los más distinguidos expertos internacionales en el análisis del judaísmo en el Medioevo.

Nació en Córdoba, en la península Ibérica, el 30 de marzo de 1138, cuando el control allí lo tenían los califas musulmanes. Siendo un adolescente ya lo consideraban un rabino, por la precocidad de sus conocimientos. En esa etapa de su vida tuvo que abandonar, por la persecución en su contra, su ciudad natal. Su familia nuclear vivió un tiempo en la sureña Almería andaluza.

En el 1157 Maimónides emigró de manera forzosa al norte de África, primero a Marruecos y luego a las ciudades egipcias de Alejandría y El Cairo, donde finalmente se radicó. También estuvo por poco tiempo en territorios palestinos.

Por sus muchos saberes teológicos se convirtió en el guía espiritual de los judíos de Egipto, con la categoría de rabino en ejercicio. Sus principales cátedras talmúdicas las divulgó desde diferentes sinagogas. No exponía sólo asuntos religiosos. Incluía cuestiones legales y de ética. De ello escribió ampliamente el historiador, abogado y hebraísta español Francisco Cantera Burgos en su libro Sinagogas españolas (Editorial BAM, 1984).

Fue un crítico perseverante de aquellos que en su tiempo hablaban sobre el Dios que se imaginaban o que moldeaban con la arcilla rutinaria de todo lo tradicional, pero que no razonaban sus opiniones.

Para él era esencial el estudio de la lógica a fin de obtener una formación adecuada. Por la importancia de sus aportes teológicos y su bagaje cultural todavía, a más de ochocientos años de su muerte, en los cultos religiosos de muchas sinagogas ortodoxas se siguen difundiendo las principales ideas de Moisés Maimónides.

Debo decir que siendo una figura relevante de la religión monoteísta más antigua (la suya, la judía) no desdeñó, porque tenía una visión crítica del pensamiento y la realidad, los juiciosos conceptos del filósofo estagirita Aristóteles, de quien resaltó sus insuperables aportes a la humanidad para la obtención de una sabiduría plena usando la ciencia de la lógica y el arte de la retórica.

 En sus reflexiones no fue indiferente a muchas de las ideas de los evangelistas cristianos Marcos, Lucas, Mateo y Juan. Buscó también armonizar con aspectos puntuales de las bases primarias de aquellos que señalan como una jaculatoria islámica que Alá es el único Dios y que Mahoma es su profeta.

Lo anterior se extrae de los análisis que expertos en ese personaje singular han hecho de uno de sus libros fundamentales, titulado “La Guía de los perplejos”, en el cual él expuso sus pareceres desde el ámbito filosófico sobre religiosidad, espiritualidad y también acerca de asuntos de la cotidianidad terrenal. (Ver edición 1994, de la referida obra, supervisada por David Gonzalo Maeso. Editorial Trotta, Madrid, España).

Su condición de judío sefardí no fue impedimento para que al radicarse en Egipto se convirtiera en el médico personal del sultán musulmán Saladino y su parentela. Vale recordar que ese fue el gobernante que se enfrentó sangrientamente a los cristianos en la Tercera Cruzada, también llamada Cruzada de los Reyes.

Contrario a la cercanía que tenía con el musulmán Saladino, Maimonides fue un crítico del comportamiento que en el llamado Bajo Egipto tenía el rey cristiano de Jerusalén Amalarico I, convertido en un azote contra los judíos que vivían en esa zona cuando la invadió en el 1163.

Oportuno es decir que fue tan elevada la opinión que se tenía de Maimónides como médico, filósofo y teólogo que alguien mucho después de su muerte, y cuyo nombre se ha perdido en la bruma del tiempo, escribió de él que: “El arte de Galeno cura el cuerpo. El de Maimónides el cuerpo y el espíritu. Su ciencia hizo la medicina del siglo. Su sabiduría cura la ausencia de sabiduría”.

De la historia de los judíos sefardíes, con múltiples menciones de Maimónides y sus ancestros, escribió con abundancia el antropólogo, historiador y ensayista español Julio Caro Baroja, en su obra de tres tomos titulada “Los judíos en la España moderna y contemporánea”.

Caro Baroja hizo una descripción de los judíos sefardíes desde la remota Hispania romana; con mayor despliegue de detalles acerca de ellos cuando los musulmanes aumentaron su control peninsular, así como respecto a la etapa en que ejercieron el poder los Reyes Católicos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, quienes gobernaron desde el tramo final de la Edad Media hasta una parte de la llamada Era Moderna.

Fueron esos monarcas los que expulsaron a los judíos sefardíes de la península ibérica en el 1492. Utilizaron como supuesta legalidad de dicha decisión el Edicto de Granada, de la autoría del cura dominico e inquisidor Tomás de Torquemada.

La investigación del también lingüista y folklorista madrileño referido abarcó, además, la simbología religiosa y cultural judía sefardí, visible o subyacente en la Edad Contemporánea de España, la cual comenzó en el 1808.

teofilo lappot

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