ACOGER A JESÚS COMO REY DE NUESTRA VIDA
VENGA A NOSOTROS TU REINO, SEÑOR: Realícese su voluntad en nosotros; quien ha venido al mundo como el servidor de todos, para dar testimonio de la verdad, con su bondadosa palabra coexistida y con su vida sacrificada en la Cruz, donde se ha manifestado el amor gratuito y misericordioso de Dios.
I.- LA CRUZ NOS MUESTRA:
EL CAMINO DE LA VERDAD
La lámpara que nos salva está ahí,
es Cristo el que nos da luz y vida,
nos otorga saber qué senda tomar,
qué pensamiento seguir cada día,
y qué deseo dejar que nos sustente.
Todo se recrea y crea en el amor,
en el amar hasta despojarse de sí,
en la afluencia de gestos y gestas,
hasta revertir próximo al prójimo,
y estar presente en el morar diario.
Dejémonos sobrecoger por la fe,
oigamos las primicias del mando,
de un nuevo dominio conciliador,
después de que el faro del afecto,
nos retorne al torno de la dulzura.
II.- EL REINO DE CRISTO:
NO ES DE ESTE MUNDO
Al hijo de Dios hay que adorarlo,
y a Él únicamente daremos culto,
espera en Él y nunca desesperes;
no salgas en pos de otros dioses,
ni entres en cotos de superstición.
Por reverencia al Rey del cosmos,
el universo debe volverse paraíso,
y la tierra ha de ser como el cielo,
una túnica viviente de concordia,
con fondo de fidelidad y entrega.
Nuestro Salvador nos demuestra,
que el mal jamás podrá someter,
la grandeza del Poder Celestial;
su bondad será la que acorralará,
la usura de los gustos mundanos.
III.- ALZA LA VISTA:
¡LEVÁNTATE Y NO MIRES ATRÁS!
Elevemos la visión cada despertar,
vocalicemos el propósito de soñar;
que la noche deje de absorbernos,
y se inyecte el clarear en nosotros,
antes de que la sombra nos hunda.
Es la tarea más ardua del camino,
rehuir del miedo y de la tentación,
perseverar de pie sin derrumbarse,
ser centinelas que saben distinguir,
las ojeadas originales de las falsas.
Así, el Redentor, vino al mundo;
para llamarnos a su feudo de paz
y mostrar el andar, que su campo
es de apego al amor, no al poder,
de quien da su vida por los demás.
Víctor CORCOBA HERRERO
23 de noviembre de 2024.-