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Por Manuel Hernández Villeta
Santo Domingo, R. D., 1 de octubre, 2024.- La crisis haitiana, no puede ser solucionada por los dominicanos. La ayuda humanitaria nacional es una cosa, y echar sobre el lomo el pesado fardo de intereses y necesidades de Haití, es otra. En su comparecencia ante las Naciones Unidas, el presidente Luis Abinader habló con claridad.
Las grandes potencias son las responsables de la situación presente y del futuro de Haití. Esos gobiernos impusieron dictadores en Haití durante todo el siglo 20, y ahora en el 21nos topamos con un país neo-nato.
La única referencia de bienestar que tienen los haitianos es la República Dominicana. Traernos sus males, es una locura, aunque ofrecen una mano de obra barata, sobre todo a nivel de las agro-industrias y en la construcción.
Fue positivo el mensaje del presidente Luis Abinader de que los países poderosos del mundo tienen que ir en auxilio de los haitianos, y que ya República Dominicana no puede seguir con esa carga a cuesta.
Fue brillante la parte del mensaje presidencial en la Asamblea General, pero faltó algo, la crisis con el río Masacre. Todavía ese problema está vigente, y no se olvide que la militarización de la frontera vino en ese choque de opiniones. Era de rigor que en las Naciones Unidas se fijará posición.
El organismo internacional ha guardado silencio en torno a la afrenta de los haitianos, los que en todo caso son los agresores, porque son los que han decidido desviar el cauce del Masacre.
Si el caso no se trató en el discurso del Presidente, y de refilón en las distintas ruedas de prensa, podría significar que se llegó a acuerdos tras bambalinas, aunque no creemos en esa posibilidad. Es el mismo presidente quien debe explicar porque el desvío del Masacre no se trató a fondo.
La solución para que Haití salga de la crisis, parte de numerosas perspectivas. En ninguna debe estar envuelta la República Dominicana. Ya suficiente es detener la invasión pacífica de cientos de miles de indocumentados.
Por cierto que los hijos de ilegales salieron a las calles a enfrentar al gobierno y a pedir un respaldo difícil de conseguir. La Constitución es clara en que los hijos de legales no son dominicanos.
Este es un punto cerrado. En todo caso esos haitianos podrían gestionar desde su país cualquier otra forma de seguir en el territorio, como trabajadores temporales.
Más de ahí sería ir en contra de normas constitucionales. El momento es de luchar en defensa de los intereses nacionales.