Alfredo Freites
La abstención electoral será factor determinante para la definición del ganador
de las elección toda vez que el gobierno cuenta con el voto duro y aumenta el
acoso a la oposición.
Al entrar en la recta final de las elecciones se perciben claramente dos líneas
entre oposición y gobierno en donde la segunda vuelta es el objetivo por lograr o
impedir.
Como el gobierno cuenta con el voto de los alineados con el poder su estrategia
es desalentar la población a que no vote, sembrando la percepción de que votar
en contra de Luis Abinader es botar el voto porque él que ganará rotundamente
mientras, la oposición asegura que no votar favorece la reelección.
La narrativa del gobierno es sembrar la percepción de que se quedarán por
haber construido un paraíso y para borrar de la mente del ciudadano el alto
precio de los alimentos y el abandono de los servicios públicos, para ello
derrocha miles de millones de pesos en bocinas, la compra de opositores con
una costosa campaña publicitaria que abulta una enclenque gestión que carece
de una obra importante.
El gobierno quiere tener un congreso mayoritario para reformas
constitucionales como eliminar el 50 más uno, permitir el aborto, poner la
procuraduría como un fideicomiso, que la reelección sea permitida y quitar de la
Constitución el 8 años y nunca más, además imponer una reforma tributaria
que pagaran la clase media y los pobres.
Con el dominio congresual el gobierno, por el mal manejo de los fondos
públicos, continuará el endeudamiento externo para solventar los intereses de la
deuda y mantener la mordaza a las críticas por la ausente política de inversión
pública que deja sin apoyo al sector productivo y mantiene elevado el alto costo
de la canasta básica.
La pretendida reforma fiscal implica desempleos porque los empresarios no
podrían eludirla en un ambiente negativo ya que en el 2023 sucumbieron
importaciones y exportaciones y el crecimiento económico cayó a 1.9. Vamos
camino a peores condiciones de vida por el deterioro de los servicios como
salud, educación, transporte, y aumento de la delincuencia.
Además, como el gobierno no ha realizado obras de importancia estratégica
para frenar el retroceso que registra el país, está compelido a nuevos ofertas de
obras y para terminar las obras iniciadas. Está metido en un círculo vicioso.
Vivimos una administración que ha articulado una narrativa de pompa de jabón
que se inicia y continua con el control de la opinión publica y sus medios de
comunicación. El gobierno lanza mentiras al aire y mantiene al publico alejado
de lo que acontece en los barrios; se aprovecha de las necesidades y usa el
dinero del erario para acallarlos.
Sin embargo, el dinero no es todo, en las elecciones municipales de febrero el
gobierno invirtió miles de millones en todo tipo de acciones y no logró el apoyo
del 50 por ciento de los electores. El PRM sólo obtuvo 43 mil votos más que en
las elecciones municipales del 2020. Se dice que las estadísticas no manipuladas
muestran que el candidato Luis Abinader no tiene el 50 más uno para irse en
primera vuelta.
Es de creer que el día 19 el gobierno hará todo lo posible para impedir que el
voto fluya libremente porque esa es su garantía de victoria.
ALFREDO FREITES