Opiniones, Portada

Viene Ley Mordaza Universal

J.C. MALONE

 Luis Abinader, República Dominicana; Luiz Inacio -Lula- Da Silva, Brasil; Richi Sunak, Inglaterra, y Joe Biden, Estados Unidos, promueven leyes que limitan la libertad de expresión. Estas leyes aberrantes salieron del Foro Económico Mundial (FEM) de Davos, Suiza, y están en todo el mundo promovidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Esto nació porque los gobiernos no pudieron controlar versiones contrarias a la narrativa oficial durante la pandemia de Covid19 y ellos buscan evitar que eso se repita.

Durante la pandemia, quienes contradecían la narrativa oficial del origen del virus y la efectividad de las vacunas, fueron acusados de promover noticias falsas y teorías conspirativas.

Mezclaron “noticia falsa”, “desinformación” y “mala información” con discursos de odio (racial o sexual) y pedofilia; legislan para “proteger” a la niñez y las minorías. Tienen fines “altruistas”.

Esas iniciativas legislativas son cuestionadas porque violan las constituciones nacionales. Nadie las quiere. Derechistas e izquierdistas las rechazan, pero las promueven burócratas al servicio del Estado, que el FEM maneja a control remoto usando a nuestros gobernantes como sus procónsules.

El FEM declaró la «noticia falsa» como el principal desafío político mundial en el 2024. Nuestros gobiernos la “combaten”; esto no es coincidencia.

En Estados Unidos aun discuten en el Congreso reautorizar la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (Foreign Intelligence Surveillance Act -FISA-). La nueva ley obligará a las compañías proveedoras de servicios telefónicos, de internet o en el internet, entregarle al gobierno la información que requiera sobre sus usuarios.

Los empleados domésticos y técnicos espiarán a sus patronos. No podrán negarse ni decirle a nadie lo que hacen; colocarán micrófonos y lo que el gobierno quiera. Trabajarán gratis, contra sus voluntades; serán “espías voluntarios, obligados”.

Mundialmente, los partidos y sus líderes parecen iguales, porque todos siguen directrices del FEM, el auténtico “Gobierno Mundial”. Sus nuevas leyes castigarán disensión y desobediencia con prisión. Nuestros gobiernos dirán y harán lo que mande el FEM, o la ONU, que nadie eligió. Nuestros “gobernantes” son sus títeres.

Están consolidando una “democracia de plantación”. Elegimos libremente al mayoral, quien obedece exclusivamente al FEM, dueños de la plantación.

Esa “nueva democracia” evoluciona, avanza, y se consolida mundialmente.


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