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Por Manuel Hernández Villeta
Santo Domingo, R. D., 13 de octubre, 2023.- Un pacto por la soberanía nacional y el desarrollo es necesario. Pero se quedaría corto si solo trata la crisis haitiana. Los problemas con el vecino país vienen de años, y no se van a solucionar de sopetón.
Hay de por medio factores culturales, raciales, económicos y de nacionalismo llevado a la carrera, que mantienen viva la llama del enfrentamiento-
Ya de por si, es una acción difícil de aceptar que cientos de miles de haitianos residan en la República Dominicana de modo irregular, y que organismos internacionales, con ONGs dominicanas, quieran nacionalizar su estatus.
Es hora de pasar revista a la situación del país con sus relaciones internacionales, dentro de las cuales se encuentra Haití y su permanente inestabilidad. Cuándo se comenzó a trabajar con este pacto, no existía la crisis del Masacre, que ahora está al rojo vivo.
Dentro de esa circunstancia, cualquier pacto que se firme de obligado que tendrá sobre sus hombros el peso específico de la situación haitiana. Los propiciadores deberán tener eso en cuenta, sin olvidar la globalización y los factores internacionales.
Para la mayoría de los dominicanos cuando se habla de Pacto de Defensa de la Soberanía se tiene que ir de frente a Haití. Aunque se peque de un nacionalismo irracional. Ello es así. Un país neo-nato quiere vivir a costa de los dominicanos.
No se debe llegar nunca al terreno de la violencia, sino de respetar los acuerdos y pactos internacionales. En el caso del desvío del río Masacre, los haitianos cometen un desafío inaceptable, y una grosera violación de nuestros derechos ciudadanos.
Es la hora de que las relaciones entre los haitianos y los dominicanos se normalicen. No pueden estar a la disyuntiva de jefes de pandillas, y directrices de gobernantes haitianos que carecen de poder.
Con la mediación de organismos internacionales, hay que tener mucho cuidado. A simple vista luce que todos están parcializados con Haití, y guardan silencio ante la marcha de los acontecimientos.
Sin banderías partidistas, sería importante que se de apoyo a a un Pacto por la Defensa de la Soberanía, en base a que solo la unidad monolítica permitirá caminar de acuerdo al derecho internacional las tormentosas relaciones con Haití. ¡Ay!, se me acabó la tinta.