Opiniones

NUNCA DEBIO OCURRIR

EL TIRO RAPIDO

MARIO RIVADULLA

El CARICOM por boca de su garganta parlante, el Primer Ministro de San Vincent, Ralph Gonzalez, ha vuelto a cargar contra la República Dominicana exigiéndole al Presidente Danilo Medina dar a conocer y enviar a las Cámaras Legislativas el proyecto de ley de naturalización de extranjeros antes de la próxima reunión bilateral con Haití. La tal exigencia no pasa de ser una mentecatada más.

El señor Gonzalez con el tono insolente y el agresivo lenguaje que ha utilizado hasta ahora en contra del país y que le mereció una contundente réplica de nuestro mandatario durante la recién efectuada reunión del CELAC efectuada en La Habana, advierte que en tanto esto no ocurra el organismo que preside se abstendrá de participar en calidad de Observador en ese y en los sucesivos encuentros.

Cuando a través de la amigable mediación de Venezuela, se concertaron estos encuentros y se anunció la inclusión de CARICOM como país observador, advertimos que a nuestro juicio el país debió haber rechazado con todo vigor la presencia de este organismo en esas reuniones.Es algo que nunca debió ocurrir.

Esto así, porque un requisito esencial tanto para desempeñarse con mediadores y como observadores es haber mantenido una posición de neutralidad frente a los temas en debate y cumplir su misión al margen de todo prejuicio.

Válido en el caso de Venezuela, no ocurría en cambio con CARICOM, organismo que ya se había manifestado, por cierto con posiciones y lenguajes muy crudos, en contra de la República Dominicana, cuya solicitada incorporación al mismo ha estado vetada desde mucho antes. Ello así, aparte de que esa entidad, formada por antiguas colonias que no tuvieron que luchar para conquistar su independencia como la República Dominicana, sino que les fue concedida por sus metrópolis respectivas, carece a nuestro juicio del peso y la relevancia necesarios para avalar ninguna controversia y menos de la complejidad de la que está a discusión.

La actitud de declarada y sostenida hostilidad contra la República Dominicana en el caso de la sentencia del Tribunal Constitucional consagrando el legítimo ejercicio de soberanía del país a establecer su política migratoria, no pasa por otra parte de ser un acto de descarada hipocresía de los integrantes de CARICOM, donde han sido y siguen siendo reiteradas las expresiones de rechazo de los mismos a acoger a inmigrantes haitianos, que consideran una invasión indeseable.

Los ejemplos que han dado y continúan ofreciendo en este sentido son más que sobrados.

Haber aceptado la presencia claramente hostil de CARICOM como observadora en los encuentros efectuados entre comisionados dominicanos y haitianos, fue un desliz, que debiera corregirse ahora, sin necesidad de hacer ningún intento por nuestra parte, sino simplemente sin hacerle el menor caso a su insolente intromisión en problemas de nuestra exclusiva competencia, tomándole la palabra y aprovechando su propia decisión de autoexcluirse de unas conversaciones en que nunca debieron haber intervenido.

De hacer notar por otra parte que desde que el Presidente de la República anunció el próximo envío del proyecto de Ley de Naturalización al Congreso, no han cesado las presiones y exigencias sobre el mandatario, algo a todas luces improcedente y contraproducente.

El gobierno, como ya hizo saber el Presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, después de haber conversado el tema con el Primer Magistrado todavía no tiene bien definido su contenido. Esto no es negativo, sino todo lo contrario. El caso tiene facetas distintas que es preciso sopesar bien a fin de conciliar el aspecto humano con la jurisprudencia sentada por el Tribunal Constitucional que es de irrevocable cumplimiento, sin salirse del marco vinculante y obligatorio del mismo.

No hacerlo así sería tanto como violentar la institucionalidad jurídica y ceder el ejercicio de soberanía que es privativo de la República Dominicana.,

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2014-03-16 20:07:45