Opiniones

A Pleno sol Déficits de Viviendas

Por Manuel Hernández Villeta

El déficit habitacional es difícil, por no escribir imposible, de vencer en la República Dominicana. Millones están alejados de tener una vivienda propia, e inclusive de vivir en una casa decente alquilada.

Las medidas que se anuncian, desde el sector privado o el oficial, no pasan de ser paliativos, muy lejos de dar soluciones reales. El gobierno puede llevar a cabo la inauguración de urbanizaciones populares, pero nunca podrá satisfacer todas las necesidades.

Ya para desalojar a residentes a orillas del río, en un barrio miserrimo de Santo Domingo, inició un plan a corto y largo plazo, donde se tendrán que invertir millones de pesos. Allí solamente se van a solucionar necesidades parciales de miles de pèrsonas.

Para los grupos medios y medios bajo el sector privado es el que debe iniciar el proceso de construcción de urbanizaciones populares. Sin embargo, los constructores en muy pocas ocasiones llevan a cabo la edificación de apartamentos para los pobres.

Hay una política de oferta y demanda en el sector construcción, donde cada quien fija los precios de acuerdo a sus deseos. No se aplica un estudio del terreno, de la zona de edificación, de los materiales, para ver si en realidad los apartamentos de una urbanización cuestan lo que se cobra.

Si la vivienda no es de lujo, constituye una necesidad nacional. El gobierno tiene que mantener planes en coordinación con el sector privado, para que se controle el déficits habitacional. El hacinamiento en los barrios y el crecimiento masivo y desorganizado de la población, indica que cada día será más difícil solucionar el problema.

Mientras vemos que la ciudad sigue creciendo en forma más anárquica. Lejos del centro, a quince y hasta 20 kilómetros, se inician nuevas urbanizaciones, haciendo más costoso e imposible el suministro de los servicios, que siempre corren en su infraestructura a cargo del gobierno.

Tiene que haber en la República Dominicana una política de ordenamiento habitacional, que sea controlada por el gobierno, no por las empresas de ingenieros y arquitectos y los bancos. Sin esa supervisión, no habrá control de precios ni de calidad, ni se estará pensando en solucionar el déficits habitacional.

Mientras, sigue creciente la falta de viviendas, y el hacinamiento hace infernal la vida en los sectores marginales.

2014-03-21 05:00:43