Opiniones

RECLAMO Y DISCREPANCIA

EL TIRO RAPIDO

Mario Rivadulla

El Ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul, reclama del gobierno haitiano facilitar documentos a sus nacionales que residen en el país de forma ilegal a fin de facilitar el proceso de regularización de su status. Le faltó, sin embargo, solicitar que esa documentación sea ofrecida en forma gratuita o al menos, a un costo asequible.

Cobrar 80 dólares por la expedición de un pasaporte con entrega a tres meses o 100 a cambio de esperar un mes para recibirlo y más aún, nada menos que 50 dólares por la entrega de un acta de nacimiento, constituye un verdadero abuso, sobre todo tratándose de solicitantes que en su mayoría apenas reciben ingresos de subsistencia.

Representa además, una inconsecuencia frente a la buena disposición del gobierno dominicano de facilitar el proceso para que los indocumentados puedan legalizar su estancia en el país en forma totalmente gratuita.

Así, mientras aquí sangraremos el presupuesto con una cantidad estimada en unos mil millones de pesos para financiar todo el proceso, la contraparte haitiana convierte el trámite en una desvergonzada oportunidad de lucro.

Y si bien es cierto que aplicar tarifas consulares es un derecho de las autoridades vecinas, no lo es menos que en el curso de las conversaciones entre las comisiones de ambos gobiernos, la representación dominicana puede demandar de su contraparte haitiana prestar su cooperación en ese sentido, del mismo modo que esta estuvo presionando para la puesta en vigencia de la Ley de Regulación y Naturalización, que es también un derecho soberano que nos asiste.

Por otra parte, luce demasiado optimista la opinión del Ministro Fadul de que el reforzamiento de la frontera la hace prácticamente invulnerable al paso de ilegales.

Su afirmación entra en franca contradicción con denuncias de senadores de provincias fronterizas como Adriano Sánchez Roa y Heinz Vieuluf. Por separado y en días distintos, ambos han denunciado que continúa el paso de indocumentados a un ritmo de novecientos y mil diarios. Inclusive hay quienes estiman que la cantidad es mucho mayor, huyendo tanto de la miseria reinante al otro lado de la isla como atraídos por la posibilidad de beneficiarse del Plan de Regularización.

A esas denuncias, hay que sumar la afirmación que en TELEDEBATE acaba de hacer el Senador por Mao-Valverde, Manuel de Jesús Güichardo, de que el paso ilegal de haitianos hacia este lado de la isla continúa en forma masiva e indetenible. Son testimonios que no pueden ignorarse, más procediendo de miembros de la Cámara Alta que pertenecen a provincias fronterizas o muy cercanas a la cada vez más hipotética línea divisoria.

De viejo se sabe que la frontera que separa ambos lados de la Hispaniola es en extremo porosa y vulnerable, habiendo resistido hasta ahora todos los intentos de controlar de manera efectiva el paso de ilegales hacia esta parte. Ya sea en forma subrepticia evadiendo la vigilancia militar, ya con la complicidad de autoridades sobornables y de empleadores buscando mano de obra barata, la población de origen haitiano se haido incrementando cada vez más

Es una situación persistente que mueve a mayor preocupación en la medida en que constituye una rotunda evidencia del trasiego ilegal de aquel extremo hasta este otro del territorio insular que compartimos, que contradicen las ilusorias afirmaciones del sellado fronterizo y compromete la eficacia del Plan de Regularización y Naturalización.

teledebate@hotmail.com

2014-06-11 15:15:29