Por Manuel Hernández Villeta
Los viejos textos leninistas deben ser desempolvados por algunos dirigentes políticos. Hay algunos que siempre fueron de derecha, pero otros vienen de una izquierda de tertulias, y de revoluciones de espirales de tabaco, vino y café express.
Por lo demás, esos políticos que hablan de ganar elecciones, que ya se olvidaron de revoluciones y luchas contra la dictadura balaguerista-imperialista, deben revisar los manuales tradicionales, en lo que se refiere a los pasos a dar en determinadas coyunturas.
En el Partido Revolucionario Dominicano, los que tienen líneas de oposición, deben leerse, entre otras cosas, el folleto Un Paso Adelante y Dos Hacia Atrás. O al maestro de la guerra, Sun Sut, tomando en cuenta que siempre las armas deben estar supeditadas al verbo ( traducido a la política; los recursos legales, deben estar manejados de acuerdo a la correlación de fuerzas).
Las guerras la llenan de sangre los soldados de avanzada, pero la inician, la forman y la terminan, con victorias o derrotas, los teoricos que nunca van a la línea de fuego. El poder nace del cañón de los fúsiles, decía Mao Tse Tung, guardando la realidad de que un maestro con un lápiz y el derecho a hablar era el verdadero guía de la revolución.
En el PRD se dan batallas internas que no tienen solución. Unas por el poder, otras por las candidaturas, otras por los cuartos y algunas por el tremendismo.
Guido Gómez Mazara es uno de los que lucha a brazo partido para conseguir la presidencia del PRD, y lograr su institucionalidad. Presentó su candidatura, y ahora esgrime sus pruebas que le hicieron fraude y acude a organismos judiciales-electorales nacionales.
Es un derecho, en el plano legal, pero una pérdida de tiempo en el área de la coyuntura política. Guido dio un paso al frente al inscribir su candidatura a la presidencia del PRD, ir a las votaciones y someter al Tribunal Electoral o Constitucional, ahora le queda dar dos pasos atrás.
Desde hoy, el error de Guido sería enfrascarse con toda su energía en una lucha sin salida, donde se desgastaría y descuidaría lo que tiene que ser su meta inmediata, reformular sus cuadros y conseguir nuevos adherentes, ahora con miras a las candidaturas congresuales y municipales. Guido puede ser el nuevo PRD, pero debe evitar encharcarse en la arena movediza de las viejas estructuras.
Si Guido no da dos pasos atrás, y como decía el maestro del Arte de la Guerra, no reorganiza las tropas para las futuras batallas, estará el mismo cavando su tumba y echándose la paletada final. Que sus juristas sigan los pleitos en los tribunales, pero que él en persona se ocupe de echarle gasolina al tanque de su maquinaria, porque hay nuevas batallas que tiene que enfrentar.
El político tiene que ver las derrotas, justas o fraudulentas, como echos ya pasados y debe levantarse sobre ellas; si persiste en el tropezón y sigue horizontal, nunca podrá tratar de cruzar el rubicóm, porque sus debilidades explotadas por el contradictor no le permiten acumular fuerzas para poder tomar las olas.
2014-08-25 05:09:41