Opiniones

EL BAUTA MORADO

Por Narciso Isa Conde.

Bauta Rojas

Me refiero a Bautista Rojas, el ex-camilista, el ex-corecato de Salcedo. Ese mismo, el que de rojo rojito se pasó -ingiriendo ciertas dosis de azul- a morado moradito, sin oponerse a la degeneración política de esa organización.

Bauta: el ex?Ministro de Salud y ahora Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Ese Bauta no habló en el DEPERTADOR del Canal 9 ni por cuenta propia ni libre de tensiones. Su aparente calma inicial escondía el dolor de la derrota que la causa de Loma Miranda le está propinando a sus jefes políticos, a Danilo y a Leonel, a su PLD y a su persona… hasta que tal dolor se coló por sus labios en forma de insultos y sandeces.

Bauta, claro está, no habló como CORECATO. Hace tiempo que renegó de aquella actitud ante la vida.

Tampoco lo hizo como especialista en recursos naturales, que no lo es. Él mismo hubo de confesar que su amor por ese tema lo logró de oído en su campito natal.

Bauta es médico, no biólogo, ni geólogo, ni botánico, ni ecologista…y logró convertirse en Ministro del tema por obra y gracia de ciertos repartos entre fracciones moradas.

Previamente escaló el Ministerio de Salud, donde entre otras cosas exhibió su amor por empresas familiares relacionadas con el suministro a la Cartera de su competencia; y dejando además ese sector en el estado desastroso en que se encuentra: al borde del colapso impuesto por el predominio de la concepción que concibe la salud y la seguridad social como negocio privado.

Una mala defensa de una falsa victoria.

En el DESPETADOR de S.I.N. el Bauta habló dolido y no precisamente por haber recibido ataque personal alguno.

Habló desde la derrota en defensa de una falsa victoria.

Habló con odio, con el resentimiento propio de los renegados forzados a defender causas indignas.

Habló después que su presidente, que no es el mío, vetara ?incluso sin tener derecho a hacerlo- una ley aprobada y asumida por el pueblo; esgrimiendo para ello los mismos argumentos de XSTRATA NIQUEL-FALCONDO, de las Cámaras Minera y Americana y de ciertos abogaduchos del dólar. Le asignaron, pues, el triste papel de defender una causa indefendible… y todo lo demás es consecuencia de esa misión imposible.

La nueva era se la puso más difícil.

Le tocó, para su desdicha, hablar en el inicio de la nueva era de las caídas de ciertas máscaras, de las rasgaduras de ciertos disfraces y del agrietamiento de las bondades de ciertas técnicas en la creación artificial de imágenes falsificadas, muy propias de la post-modernidad política.

De ahí, ante tan vergonzoso papel, sus mentiras acerca del «único río» de Miranda, de la no afectación de la Presa de Rincón con su explotación, de la supuesta parcialización de los científicos del país y de la necesidad de nuevos estudios; apelando nueva vez a la ONU en busca de juicios más complacientes que los del PNUD.

De las mentiras a las descalificaciones torpes.

Pero ni siquiera eso le bastó para sustentar su penoso encargo: había que tratar de descalificar la parte contraria, en especial a la más dura de roer, la imposible de doblar o comprar.

Hacia allí enfiló un verbo de ultratumba y destemplado, incluyéndome entre sus blancos de ataque tan pronto la pareja productora del programa pasó una imagen en la que yo hablaba de la continuidad de las luchas. Hizo referencia a mi edad y a mi radicalidad y firmeza en términos despectivos y desde la prepotencia de los dictadores de cartón.

Pero resulta que en mi caso, ni en el de otros/as luchadores/as de siempre y por siempre, la edad no puede ser motivo de vergüenza al ser sinónimo de dignidad persistente y lucha inclaudicable.

Por demás, conquistar curules, regidurías, ministerios y presidencias… para robar y matar, privatizar y recolonizar, corromper y saquear, disfrutar de privilegios empobrecer y degradar, servir a magnates y corporaciones de aquí y de allá… nunca ha sido virtud alguna y nunca han sido mis metas. Si a esas metas se le llaman éxitos políticos, es preferible optar por el fracaso o dedicarse a asumir una ruta más larga y más dura como la que he abrazado.

Los votos pueden ser importantes en ciertos contextos de calidades y políticas transformadoras, pero jamás pueden valorarse en sí mismo y «perse» como condición de virtud. El PLD de los 18,000 votos era algo mil veces mejor que el actual, en nada culpable del desastre moral y social que hoy encabeza.

El éxito y la bondad de Bosch no fue ser presidente, sino ser un presidente que no robó, no mató, no entregó soberanía, ni se entregó a los poderosos. Eso incluso le costó no volver a serlo. El fracaso de los dirigentes principales del PLD ha sido hacer todo lo contrario… y son capaces de sentirse exitosos.

Por demás, está requete demostrado -incluso hasta con el destino final de ciertos esfuerzos sinceros por perforarlo para intentar mejorarlo- que este sistema fue diseñado y montado para reproducir cada vez en mayor escala las porquerías antes nombradas, admitiendo en su seno solo algunos adornos que coexisten o contemporizan con ellas y escasas excepciones que no hacen primavera. Concentrarse en luchar por cuotitas dentro de él, es a mi entender un papel que deviene o en ridículo, o en insustancial.

Más ahora que antes, dictadura morada corrompida y dictadura de clase endurecida de por medio, la cual esté pueblo tendrá que dinamitar políticamente para poder sobrevivir y alcanzar el imperio de la dignidad humana y el bienestar social colectivo.

A contribuir a esa meta estoy dedicado, sin arrepentimiento alguno, ni por mi pasada trayectoria ni por mi accionar en el presente.

De cara al sol, con la frente en alto, la conciencia tranquila y alegre, pleno de esperanza liberadora en todos los órdenes.

11-09-2014, Santo domingo, RD.

2014-09-13 15:09:35