Daris Javier Cuevas
Al cerrar casi un cuarto de siglo, 2000-2024, la economía dominicana ha transitado por periodos muy críticos que han interrumpido su curso y frenado su etapa de progreso y estabilidad macroeconómica de una manera significativa. En efecto, para el Período 1995-2000 el crecimiento económico logró una etapa prolongada de sostenibilidad y con la más baja volatilidad del mismo, una reducción del desempleo a un histórico 13.9%, triplicar el gasto en educación, en tanto, la pobreza se situó en 27.2%; la indigencia en 8.8%; y el déficit fiscal consolidado en 1.9%, pues asi se ingresó al siglo XXI.
La primera interrupción del crecimiento sostenido se evidenció con las cifras del Período 2000-2004 el cual se expresó en el 2003 con una contracción de -1.3%; inflación de un 56.4%; tipo de cambio de 58.5 por 1 dólar. En adicion, un coeficiente de deuda de un 48.8%; tasa de desempleo de 19.7%; aceleración de la pobreza hasta un 44%; déficit del sector público consolidado de 7.1% y un colapso bancario con un costo fiscal de un 22.5 % del PIB acompañada de una recesión en la economia.
Tal situación llevó al país a caer en los brazos del FMI, cuando el 29 de agosto del 2003 se aprobó un programa Stand-By, con un apoyo financiero de aproximadamente 600 millones de dólares. La catástrofe en que cayó la economía dominicana, durante el Período 2003-2004 no registraba antecedentes inmediatos, la cual estuvo perturbada por los desajustes macroeconómicos, derivados de la crisis bancaria.
Pero resulta que, a pesar del malestar presentado, la economia dominicana mostró una enorme capacidad de resiliencia, el cual se expresó con una impresionante recuperación para el período 2005-2011 al registrar la mayor sostenibilidad sin precedentes del crecimiento del PIB con estabilidad. En efecto, luego de superar la crisis del 2003-2004, la economía logró cerrar el 2005, con un crecimiento de 9.3% para una tasa promedio histórica de 7.5%.
Los efectos inmediatos del crecimiento del PIB en ese período fue la demostración del dinamismo económico a través de una capacidad de transformación y vinculación con la economía mundial, desarrollo de una economía de servicios, alta vocación para la inversión extranjera directa. Por igual, hubo una reducción de la pobreza y la indigencia, elevación del PIB per cápita, recuperación del ingreso real en un 4.7%; niveles de inflación de un dígito con una estabilidad cambiaria prolongada, en tanto se estableció un patrón de crecimiento promedio de 5.3%.
El crecimiento del PIB con estabilidad prolongada fue la base fundamental para que la economia mantuviera un crecimiento promedio del PIB de alrededor de un 4.7% hasta el 2019. Tal realidad permitió superar el déficit presupuestario coyuntural, ejecución de una política social más efectiva y estabilidad del sistema financiero, expresada en el crecimiento de los activos bancarios, cartera de crédito saneada, índices de solvencia y liquidez satisfactorio, iniciados desde el 2005.
La segunda interrupción se produce a partir del año 2020 inducido por la crisis sanitaria global, o pandemia global, evento que provocó una hecatombe en las economías y que en la economia dominicana se manifestó con una caída de menos 6.3% en el PIB con trastorno sectorial y de la mediana y pequeñas empresas. Los efectos provocados por la crisis sanitaria aún siguen gravitando sobre la economia dominicana observable en la inflacion acumulada y sectores estratégicos como la electricidad, agricultura, industria y construcción.
Al cierre del 2024 se observa que las fuentes del crecimiento economico resultan frágiles, la inversión pública sigue siendo tímida, el endeudamiento público de U$ 57,437.2 millones supera los límites prudenciales de sobrendeudamiento, los espacios fiscales resultan estrechos, mientras que la institucionalidad se deteriora a un ritmo acelerado. La emisión de deuda soberana se ha convertido en la principal fuente del presupuesto público con prioridad para el gasto corriente en perjuicio del gasto de capital, por tales razones, el 2024 simboliza el cierre de un crecimiento promedio de un 4.1% del PIB para el periodo 2020-2024, inferior al 5.2% de los veinte años anteriores, lo que permite tipificar que se está ante un periodo perdido.
Daris Javier Cuevas Nin
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