Por Manuel Hernáncez Vlelta
Nadie está libre de ser satanizado por las garras del poder. En la República Dominicana prácticamente todos los partidos políticos y dirigentes de importancia han conocido las míes del gobierno.
Solo están fuera los sobrevivientes de la vieja izquierda, que siguen pensando que la revolución ya dobló la esquina; Un espejismo que con toda la sinceridad de sus actuaciones, los acompañará hasta el final de sus vidas.
Si todos han pasado por el disfrute del poder y no han hecho nada para solucionar los males dominicanos, parece una tomadura de pelo que ahora hablen de formar nuevos partidos políticos.
La crisis de la actividad política la aportan los privilegiados, los que se sobreestiman, y siendo meros peones, se quieren vender como los grandes dirigentes. Por mi parte, creo que con la cabeza anclada en el pasado y sin mea-culpas, autocrítica, es un bobería pensar en formar un nuevo partido.
Los tres granes partidos del sistema han gobernado en el país, por lo tanto son compromisarios de lo bueno y lo malo que sufren los dominicanos. Otros dirigentes, que hoy se visten de independientes, han estado ocupando cargos en algunos de esos gobiernos, y nada hicieron. Otros fueron legisladores.
Aquí no hay un predestinado social, que con su deseo único va a solucionar los problemas del país. No lo hicieron los que de foma individual actuaron en colectividades con fuerza para hacer cambios.
Tiene que surgir en el país un nuevo sector político sin rastros con el pasado. Sin haber sido parte de gobiernos, de los cuales se retiraron por razones de temperamento, pero que significan ni más ni menos lo mismo de siempre.
El mesianismo en política es un pase para conseguir votos electorales. Es una falsedad de presentar una cartilla de cambios sociales, cuando se es un vocero, un representante, un peón, de los sectores gobernantes.
Los cambios que el país necesita no son de funcionarios, de chaqueteros, de buscadores o buscadoras de titulares de periódicos, sino de igualar las riquezas, para que se acabe con la miseria y la persistencia de la dependencia.
El providencial o la providencial no pasa de ser un muñeco de laboratorio, para seguir vendiendo la misma pildora dedican tiempo en campaña electoral, para obtener nombre y prestigio. Que más pueden buscar los que saben que no van a ganar, y en su cuadro personal, ya lo escribieron todo y los dijeron todo, y ná,,,
2014-09-13 15:12:20