Opiniones

Morales en pausa

Carlos Morales Troncoso se despidió de Cancillería con esta carta, fechada 12 del presente mes. Lean ahí: «Tras más de una década al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores en mi última etapa de servidor público, debo hacer una pausa por razones de salud y retomar mi vida privada mientras me recupero. Es la decisión, compatible con las recomendaciones de mis médicos y el deseo de mis familiares más cercanos, y que estoy seguro todos ustedes entienden a cabalidad. Hablo de una pausa, no de un retiro. Con colaboradores como ustedes, es difícil no aceptar cualquier cosa que imponga el servicio a un país al que amo entrañablemente y que me ha dado la oportunidad de desarrollarme como persona, como profesional y como político. Durante estos últimos años, las jornadas para colocar la República Dominicana en el primer plano de las relaciones internacionales han sido duras, muy duras. Miro hacia atrás y me siento muy orgulloso de los logros que hemos obtenido, de la distancia recorrida en un mundo que se ha vuelto mucho más complejo y, por tanto, exigente en el manejo de las tantas crisis con aristas múltiples y en obediencia a los intereses más diversos. Si hemos avanzado no se debe al esfuerzo individual de nadie, sino a la unión de talentos variados, a la dedicación y sacrificio de todos ustedes. Y también, a la confianza que dos presidentes han depositado en mí, y en consecuencia, en ustedes. Ustedes han estado a la altura de los retos y respondido con presteza ante los requerimientos que les he hecho como cabeza del Ministerio de Relaciones Exteriores. En esa sintonía de esfuerzos e inteligencias radica el éxito que ha tenido el país en el campo internacional y como se ha convertido en un interlocutor válido y en una referencia. Desde el más humilde servidor hasta los viceministros y asesores he recibido siempre la cooperación más eficiente y oportuna, no obstante condiciones laborales a veces adversas. En verdad, he sido un privilegiado al contar con un personal de primer orden, dominicanos dispuestos a dar lo mejor por el país al que nos debemos. Me marcho orgulloso de haber contado con tan buenos colaboradores, satisfecho del deber cumplido, con la alegría de quien ha logrado entusiasmar a los demás con los valores que distinguen a los dominicanos como gente trabajadora. Un hasta pronto. Y unas gracias que brotan de lo más profundo de mi ser». (Las frases sombreadas han sido resaltadas por el autor de esta columna). Después de esto, sea usted el jurado…

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2014-09-24 06:30:02