EL TIRO RAPIDO
Mario Rivadulla
Un día como hoy nace en 1869 Porbandar, la India, Mohandas Karamchand Ghandi, quien habría de pasar a la posteridad como Mahatma Ghandi. Graduado muy joven como abogado en el University College de Londres, pronto renunció al ejercicio del Derecho para dedicarse por entero a la causa de la independencia de la India, que llevaba más de dos siglos formando parte del extenso imperio colonial de Gran Bretaña. Fraccionado en numerosos pequeños estados gobernados por rajás locales, con un férreo y discriminatorio sistema de castas sociales y por diversas sectas religiosas, el poder real era ejercido por un gobernador inglés con el título de Virrey.
Frágil de cuerpo pero dotado de una extraordinaria fortaleza espiritual y firme voluntad, Ghandi elaboró una estrategia original para sacudir su país del férreo tutelaje británico. Fue la política de la «no violencia», respaldada por sus frecuentes huelgas de hambre o ayunos que despertaron el interés de la prensa internacional, lo catapultaron como una figura mundial y le generaron un amplio movimiento de respaldo, incluyendo dentro de la propia metrópoli, que terminó por obligar a la monarquía inglesa a concederle la independencia a su país.
Una vez logrado esta, reconocido como el padre de la independencia en su país, Ghandi trató de reformar la sociedad hindú, eliminando el odioso sistema de castas y promoviendo la tolerancia para todas las creencias y sectas religiosas. Esto último fue lo que puso fin a existencia, cuando el fanático de una de ellas atentó contra su vida dándole muerte.
Desde entonces la India ha seguido un proceso donde se han entremezclado los traumas políticos, incluyendo el asesinato de la Primera Ministro Indira Ghandi también víctima de un atentado criminal de igual origen religioso, con los esfuerzos por desarrollar el país, segundo más poblado del mundo, con mil 200 millones de habitantes y uno de los más pobres y atrasados, pese a lo cual hoy se inscribe entre las cinco economías emergentes más dinámicas del planeta, mientras envía anualmente cientos de miles de jóvenes a graduarse como técnicos y profesionales en las universidades más acreditadas del mundo.
En honor a Ghandi, considerado un ícono de la paz, la ONU acordó designar el 2 de Octubre de cada año, Día Internacional de la No Violencia. Su ejemplo ha sido inspirador para muchas otras grandes figuras pacificistas de la humanidad, entre los más conocidos, el notable escritor ruso Leon Tolstoi y el Reverendo Martin Luther King, quien también a su prédica de resistencia sin violencia e igualmente asesinado como Ghandi, fue el motor que impulsó el reconocimiento de los plenos derechos civiles a favor de los negros afroamericanos. Fruto de la semilla que sembró, por vez primera en su historia un negro, Barak Obama, fue elegido Presidente y posteriormente escogido para un segundo período.
Por desgracia con frecuencia es desconocida la prédica pacificista de estos seres extraordinarios y otros más, hombres y mujeres que corriendo todo tipo de riesgos incluyendo su propia vida, han hecho historia y ganado derecho de posteridad predicando la paz entre los humanos, tal como antes que todos ellos, a lo largo sus de tres años de prédica terrenal, en los tiempos bíblicos que dieron inicio a la Era Cristiana, el Rabí de Galilea resumió su credo en una frase: «Amaos los unos a los otros» y hasta el último aliento de su existencia, perdonó aún a quienes le torturaron bestialmente y lo clavaron en la cruz.
Hoy, que el mundo presenta numerosos y estremecedores escenarios de violencia, se impone más que nunca promover la doctrina del amor, el perdón, la tolerancia y la solidaridad para hermanar a todos los seres humanos.
2014-10-07 07:23:44