Por Manuel Hernández Villeta
Un pacto por la salud no va a salvar el sistema sanitario dominicano. En el papel se puede poner cualquier cosa, pero lo que hace falta es accionar el principio de autoridad. La concertación es un buen sendero, pero no donde los caminos están cerrados.
Hay en el país dos sistemas sanitarios que van en paralelo: la asistencia que ofrece el Estado en su área hospitalaria, y el negocio del sector privado, que está en las inversiones en las clínicas. Se pueden abrir vías de comunicación entre los dos sectores, aunque el camino resulte muy difícil.
La nueva ministra de Salud Pública plantea un pacto para mejorar los niveles de asistencia en el país. Primero tiene que controlar las tarifas de las clínicas, que cobren de acuerdo a su categoría, las especialidades que ofrecen y los médicos y enfermeras a su servicio.
Además, se tiene que llegar a un acuerdo para que en las clínicas se ofrezca la emergencia que puede salvar una vida, sin antes preguntar si el paciente tiene dinero para pagar el servicio. El pacto se tiene que dar sobre medidas reales, efectivas, y no solo en palabras para salir de la presente crisis, con los 11 niños muertos en el hospital Robert Reid Cabral.
En cuanto a los hospitales del Estado, hay una marcada falta de gerencia. Los gremios protegen a sus afiliados, sin tomar en cuenta en muchas ocasiones que son empleados que deben cumplir con un trabajo, y ejecutar un sacerdocio que es el de salvar vidas.
Hay que obligar a los médicos a que cumplan con un horario mínimo de trabajo, que los consultorios no sean abiertos por una hora dos o tres días a la semana. No es posible que desde las cuatro de la madrugada estén pacientes haciendo fila, `para ver si pueden ser atendidos a las once de la mañana.
Normalmente se distribuyen 20 tiques y los pacienes que sobrepasan esa cantidad, pero que están en fila, deben esperar hasta un mes para ser atendidos. Esa deficiencia es por falta de gerencia y poco interés en que los consultorios sean funcionales.
No es un pacto por la salud lo que hace falta, sino autoridad. Los hospitales pueden funcionar bien si hay mejor gerencia y si los gremios no entorpècen el desarrollo de las actividades, con sus presiones y apoyo incondicional a los afiliados.
Somos partidiarios de la concertación, el diálogo y el entendimiento, pero allí donde impera la anarquía, lo que se impone es restaurar el orden. La nueva ministra de Salud Pública debe pensar en orden y no en pacto.
2014-10-15 07:08:10