Opiniones

A Pleno Sol Gasolina a la hoguera

Por Manuel Hernández Villeta

Un aumento en los precios de los panes, y todos los derivados de la harina de trigo, podría llevar a un terremoto social. El Gobierno por todos los medios a su alcance tiene que evitar que se dé la amenaza de los procesadores de harina, de aumentar nuevamente el precio del pan.

En los últimos cinco meses, a nivel de colmado, supermercados y vitrinas de panaderías, los precios del pan y las galletas aumentaron en un 40 por ciento. Hoy, el precio del pan más barato es de cinco o seis pesos. No vale la pena hablar de la calidad de ese producto.

Cuando hay amenazas de aumentos en los precios del pan, se hace referencia a la variedad de agua y sobao, que se vende ahora mismo entre cinco o seis pesos. Los demás tipos de pan siempre han estado a la oferta y la demanda, y el precio es aceptable por los consumidores.

Las simples galletas dulces o saladas, que hace unos meses estaban a 30 pesos, hoy valen en los especiales de supermercados 70 pesos arriba, pero a pesar de esos aumentos, es un producto opcional, que necesariamente no es de primera necesidad.

Pero si aumenta el pan, van a subir todos los productos elaborados con harina de trigo. El pan siempre ha sido el mascarón de proa donde se lanzan los aumentos de la harina y sus derivados.

El pan es la espoleta de un detonante social. Es el producto básico en la dieta dominicana. Para las familas es el alimento por necesidad. El pan viene listo para comer, por el contrario un plátano o yuca debe hervirse y gastar en gas, sal, aceite y otros condimentos.

Es propicia la ocasión para que también se haga una revisión en los precios de casi todos los productos de primera necesidad. El ministerio de Industria y Comercio da la espalda a esos aumentos agigantados que están ocurriendo, y nadie defiende a los consumidores.

Por cierto que Proconsumidor lleva a cabo una buena labor, pero el pueblo se pregunta hasta dónde podría enfrentar a los que aumentan los precios y a los especuladores. Su fortaleza es limitada, y los que juegan con los precios para obtener ganancias ilimitadas así lo saben.

El Poder Ejecutivo debe dar a Pro-consumidor las atribuciones y fortaleza que tenía la desmantelada Duirección General de Control de Precios, y establecer un listado de productos protegidos de la canasta popular.

No se puede permitir que sectores que solo piensan en sus ganancias jueguen con la comida y el bienestar de la mayoría de los dominicanos. Con ese proceder, le están echando gasolina a una hoguera social, que de explosionar perjudicará a todos.

2015-03-04 03:09:18