Por: Luis Fernández
En su primer mensaje del año 2025 para la Jornada Mundial de la Paz, evento que celebra la iglesia católica desde el 1968, por iniciativa de san Pablo VI, el Papa Francisco hizo importantes señalamientos de los que queremos destacar en estas líneas, los relacionados con los conflictos, guerras y la crisis de la deuda externa, temas que hoy representan la profundización de la desigualdad y la injusticia en el mundo.
La insostenible deuda externa de los países pobres, la cual es realmente impagable, es un obstáculo real a su desarrollo económico y social frente a naciones ricas y poderosas que explotan sus riquezas, sin importarles su condición de pobreza y la enorme presión financiera que significa para esos países vulnerables, que ven como sus presupuestos se reducen drásticamente en salud, educación y medio ambiente.
Con relación a este tema de la deuda externa el Papa Francisco plantea que, “los países mas ricos deben sentirse llamados a hacer todo lo posible para perdonar las deudas de los países que no están en condiciones de pagar lo que deben, para que la crisis de la deuda pueda ser superada y todos vuelvan a reconocerse como deudores perdonados”, algo que desde hace tiempo se viene planteando como algo muy valido para todos los países del tercer mundo.
En un mundo donde según un informe sobre la deuda internacional del Banco Mundial del 2023, los países destinaron cifras record (USD1,4 billones) al servicio de la deuda externa, el nivel mas alto en los últimos 20 años y donde los pagos de intereses aumentaron a casi un tercio alcanzando los USD 406,000 millones, situación que sigue aumentando con el paso del tiempo y que constituye una grave amenaza para las débiles economías de esas naciones.
“No me canso de repetir que la deuda externa se ha convertido en un instrumento de control, a través del cual algunos gobiernos e instituciones financieras privadas de los países más ricos no tienen escrúpulos de explotar de manera indiscriminada los recursos humanos y naturales de los países más pobres, a fin de satisfacer las exigencias de los propios mercados”, ha afirmado el papa con toda razón.
El planteamiento del Papa Francisco es sumamente oportuno en momentos como este, donde la desigualdad y la pobreza van en franco aumento en el mundo y la solidaridad y la ayuda humanitaria han sido sustituidas, por un capitalismo salvaje que fortalecido con las acciones de algunos países ha intensificado la crisis de la deuda que enfrentan los países pobres y los en vías de desarrollo, problema realmente muy serio y que será peor mientras mas pase el tiempo.
Otro importante tema planteado por el Papa Francisco, fue el de las guerras y los gastos de armamentos diciendo que, ‘en este tiempo marcado por las guerras: utilicemos al menos un porcentaje fijo del dinero utilizado en armamentos para la constitución de un Fondo Mundial que elimine definitivamente el hambre y facilite en los países más pobres actividades educativas y destinadas a promover el desarrollo sostenible, contrastando el cambio climático”.
Y agrego que, “En efecto, la paz no se alcanza sólo con el final de la guerra, sino con el inicio de un mundo nuevo, un mundo en el que nos descubrimos diferentes, más unidos y más hermanos de lo que habíamos imaginado”, claro esta debemos construir nuevos caminos de paz, de paz real y duradera que nos hagan entender que los bienes de la tierra no son de unos pocos privilegiados, sino de todos.
Un mundo de paz efectiva, que propicie tal como lo plantea el papa Francisco un fondo mundial con un importante porcentaje de lo que se gasta en armamentos, para eliminar el hambre en el planeta y un reconocimiento de los países ricos de que la deuda de los países pobres es impagable y que por tanto procede de manera urgente que la misma sea perdonada.
La paz en el mundo pasa necesariamente por la existencia de la justicia, la solidaridad, la igualdad y el respeto a la dignidad humana, si seguimos ese camino seguro que viviremos tiempos mejores y que se volverá a retomar la esperanza de un mundo diferente, de que un mundo nuevo es posible, luchar sin descanso por la paz, lograr mejorar las relaciones internacionales y detener la carrera armamentista, es un deber de todos los que creemos en un mundo mejor.
La actualidad de las palabras del Papa Francisco, en innegable lo que esta en juego es la vida de millones de personas, que sufren permanentemente las amenazas de la miseria y la muerte, por lo que todos los hombres y mujeres de buena voluntad y todos los sectores responsables se unan para hacer posible, que a todos los países del tercer mundo le sea condonada su deuda externa.
Con la condonación de la deuda externa de los países pobres y en vías de desarrollo y el fondo mundial para combatir la pobreza, cuyos fondos bien manejados y dirigidos realmente a combatir la pobreza y la desigualdad, se podría contribuir al inicio de una solución realista al problema de la pobreza en el mundo y al establecimiento de bases concretas de un nuevo orden económico internacional.
El compromiso real de los gobiernos no es con sus acreedores, sino con los pueblos que representan, por lo que la unidad de los pueblos del tercer mundo es sumamente necesaria para la lucha por los mas de 733 millones de personas, según cifras de Naciones Unidas que sufren y padecen las consecuencias de este injusto e inhumano orden económico capitalista.
Luis Fernández, Político, Escritor y comunicador
Santo Domingo R.D.
05-01-25
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