Opiniones

A Pleno Sol Rumores y poderes

Por Manuel Hernández Villeta

Si de algo peca el gran empresariado es de ser un ausentista. Un gran indiferente frente a todos los problemas puntales. Indiferencia que en ocasiones sirve para ocultar que es el gran responsable de muchos de los males sociales.

El cóndor pasa, pero los Andes siguen. El cóndor es como los políticos. Grande, inmenso, todo lo arropa con sus alas gigantes, y con sus patas de acero se lleva todo lo que pueda. Su sombra asustó a los conquistadores, por instante parecía que tapaba el sol. Como los políticos, es fuerte, poderoso, inmenso, pero su gloria es de horas, de días, de meses, podría ser de años, pero pasa.

No fue el cóndor el que derrotó a los españoles imperiales, fue el valor de los hombres nacidos de la conquista, los que sobrepasaron a la fragilidad de los indios postrados y atrapó y obligó a los conquistadores a defender a España o dar paso a la independencia. Los políticos juegan su rol de escena y se van, los empresarios, como el Kilimanjaro, son altos, cambian su flora y su fauna, tienen siempre calor y nieve en su cima, y se transforman, para no perecer.

El empresario, como hilo conductor, entra en renovación constante. De hecho, es la única conformación social dominicana que ha hecho relevos, sin abandonar la línea general. Los políticos que nacieron de la caída de Trujillo y la Revolución de Abril siguen aferrados al poder de sus partidos, sin transformaciones, sin cambios, sin nuevas caras, pero hoy son los nietos y los biznietos de los empresarios que tumbaron a Juan Bosch los que accionan en su cúpula direccional.

El ausentismo que deja ver el empresariado, es su protección. Su aparente principal debilidad es su fuerza. No escucha los clamores popularess de mejores salarios, de rebaja en los precios de los comestibles, de que haya repatriación de haitianos y fortaleza de la nacionalidad dominicana, de cambios políticos, de cambios en la judicatura. Mueve el timón por sus intereses, pero siempre parece estar ausente.

Llama la atención que ahora los empresarios escuchen el rumor popular en torno a que la justicia está corrompida. Y despierta la visión que emita un comunicado tan importante en los días de Semana Santa. Pocos siguen las noticias, pero para la historia queda el testimonio de un espacio pagado.

Por lo menos se debió respetar la devoción. Es la Semana Santa dedicada al culto, pasión y muerte de un hombre que llega a la gloria en burro, y que saca a los mercaderes del templo a latigazos. Un hombre de paz, cuyos principios en muchas ocasiones han sido llevados por hombres malvados, como los colonizadores de América, que exterminaron a la población nativa, en base a extender la cristiandad.

Bien, un aplauso sin público para los empresarios. Indiferentes, indolentes, irreverentes, irrespetuosos y en constante proceso de renovación. Llevaron a la conciencia, su conciencia, el rumor público. Por desgracia, solo tomaron la página que les interesa, y las demás la echaron a la hoguera de las vanidades.

2015-04-07 21:27:56