EL TIRO RAPIDO
de
Mario Rivadulla
La pasada semana se produjo una breve pero laboriosa visita de dos altos funcionarios norteamericanos al paìs, uno de ellos subjefe de operaciones de la DEA, quienes intercambiaron impresiones con altos jefes militares y el Presidente de la Direcciòn Nacional de Control de Drogas y discutieron pautas para coordinar acciones en la prevención y lucha contra el tràfico de estupefacientes.
A raìz de ese encuentro, los funcionarios estadounidenses anunciaron la próxima ejecución de un programa de ayuda a la regiòn por un monto cercano a los diez millones de dólares, destinado a financiar entrenamiento y la entrega de equipos para eficientizar los esfuerzos que se han venido desplegando para enfrentar el desafìo de los capos de la droga.
Se dijo entonces que entre las ayudas que recibirà el paìs, figura la entrega de cuatro lanchas rápidas a la Marina de Guerra para el patrullaje costero. Las mismas podràn perseguir tanto el narcotráfico marítimo como los viajes ilegales, otro tema que preocupa grandemente a las autoridades norteamericanas. En adiciòn, un aviòn de la DEA se establecerà en San Isidro para labores de vigilancia que sirvan de freno a la continua e impune violaciòn de nuestro espacio aèreo por aviones piratas que bombardean de drogas el territorio nacional, cuando no aterrizan en distintos puntos del paìs para dejar su venenosa carga.
Son aportes positivos para contribuir a un esfuerzo que nuestras autoridades han venido desplegando casi a mano pelada. Con una gran limitación de recursos frente a un enemigo poderoso, bien armado, temerario y agresivo, y que dispone de medios cuantiosos para financiar sus operaciones ilícitas, comprar conciencias, quebrar voluntades y agenciarse complicidades y tolerancias a todos los niveles.
Justo es reconocer tales aportes. Lo hacemos complacidos y esperanzados en este espacio donde desde hace mucho tiempo venìamos reclamando esa ayuda en vez de las frecuentes crìticas que se nos dirigían desde distintos litorales del gobierno norteamericano por el uso creciente de nuestro territorio como corredor para el paso de drogas en trànsito hacia los Estados Unidos.
De igual modo, cabe saludar con igual satisfacción y grandes expectativas que en el acuerdo de cooperación antidrogas de nuestras fuerzas armadas con las autoridades norteamericanas, se haya incluido y entrado en inmediata operación, el moderno sistema biométrico de identidad personal para un control efectivo de narcotraficantes, delincuentes internacionales y terroristas.
El sistema permitirà la comprobación de la identidad por medio del registro de huellas dactilares, rostros y la retina ocular o del iris. O sea, un marco mucho màs completo de identificación que imposibilitarà, o al menos dificultarà enormemente el que se pueda suplantar la identidad de otra persona o pretender una nueva a partir de documentación falsa.
En estas dos ùltimas semanas el tema de la alteración y suplantaciòn de identidad mediante la compra de actas de nacimiento y cèdulas falsas a cambio de fuertes sumas, ha sido motivo de escàndalo y justificada preocupaciòn. Esto asì en cuanto, sin la menor exageración ni ànimo de dramatizar el tema, constituye un peligroso atentado contra los fundamentos mismos de la nacionalidad y un riesgo para la soberanìa del paìs.
Tanto el programa de ayuda en la lucha contra las drogas anunciado la pasada semana como este otro sofisticado equipo para prevenir el fraude de las actas de nacimiento y las cèdulas falsas, constituyen dos valiosas herramientas que de seguro haràn mucho màs eficiente los esfuerzos orientados a incrementar los golpes al narco internacional y al microtràfico barrial como a evitar suplantaciones, duplicidades y falsificaciones de identidad.
Confiemos que asì sea y que la cooperación en estos importantes campos de acciòn se mantenga e incremente en beneficio propio y de los Estados Unidos, principal mercado consumidor de drogas y receptor de ilegales.
2007-02-14 14:56:23