Opiniones

Neoliberalismo y Estado Social en Latinoamérica

Neoliberalismo y Estado Social en Latinoamérica   

El capitalismo, como sistema político de la democracia representativa, genera sus propias crisis y contradicciones. Esas crisis, de forma regular, se expresan en recesión económica, conflictos sociales, generados por los niveles de violencias, producto del narcotráfico y la pobreza, sobre todo en las sociedades latinoamericanas  de menor desarrollo.



Esa situación, como es natural, degenera, a su vez,  en inestabilidad política e institucional.

El capitalismo, en el tercer mundo, como sistema político y económico,  ha tenido que hacerle frente a  las guerras, especialmente  en países subdesarrollados, además debió prestar atención a los desafíos del Estado de Derecho con las nuevas exigencias en el aspecto social y económico en cada momento histórico.

La respuesta a esta necesidad  fue la instauración de un Estado social que postula por una regulación del orden económico y social,  que da origen a una democracia participativa, con incidencias en amplios sectores sociales de los países latinoamericanos. El Estado social, como ente regulador de la participación ciudadana, garantiza una serie de derechos de índole económico y social. En este aspecto,  éste postula poner en práctica política distributivas de la riqueza social por parte de los gobiernos.

Esa adopción de políticas distributivas por parte del Estado social debe orientarse a garantizar un salario mínimo a los individuos, a proporcionar viviendas, alimentación, educación y a ofrecer una serie  de servicios a la clase media y pobres, que les permitan su capacidad de crecimiento individual y colectivo.

Los objetivos perseguidos por algunos países latinoamericanos se han alcanzado de forma parcial en algunas de estas naciones, sin embargo los logros alcanzados son desiguales según el país y la coyuntura. Los  cambios  y reformas  en el aspecto social y económicos puestos  en practica en América Latina han cambiado al viejo Estado liberal, que se caracterizó por una actitud  intervencionista.

Uno de los desafíos más importante que tiene el capitalismo y la democracia en América Latina  es el crecimiento que experimenta el desempleo y la incapacidad para garantizarles a  los sectores de clases medias  y pobres los servicios sociales que son demandados. Esta incapacidad para responder, de forma eficaz, a estos desafíos  es lo que da origen a la debilidad de la democracias latinoamericanas. Esa es la razón por la que en coyunturas históricas específicas hemos observado crisis sociales  y políticas en muchos países latinoamericanos.

Ante las crisis coyunturales que ha experimentado el capitalismo y la democracia en América aparecen dos corrientes que desean darles respuestas: Esa dos corrientes son el Neoliberalismo y la Social Democracia. Los Neoliberales prefieren la no intervención del Estado en la vida económica de la sociedad  y son partidarios del libre mercado y la libre competencia.

En su critica a las crisis coyunturales que ocurren en el capitalismo los neoliberales plantean que las mismas  se originan por la desmovilización de los agentes sociales  y por la disminución de la capacidad creadora de los capitalistas privados, esta situación, según esta corriente económica, provoca falta de incentivos económicos en la producción y en las nuevas inversiones, que son la garantía para el crecimiento y desarrollo de la sociedad.

Esta corriente económica entiende que en el Estado capitalista actual existe irracionalidad y gastos excesivos por parte del Estado intervencionista. Según la corriente neoliberal el Estado intervencionista  se ha lanzado a una desmedida expansión de los programas sociales, sin tener en cuenta que ese Estado está incapacitado para financiar sus gastos y sugieren que esos gastos pueden ser organizados y financiados  por el sector privado, atendiendo a criterios de rentabilidad.

Los neoliberales estiman que la crisis presente del capitalismo se debe a la aparición de una nueva clase social. Esta nueva clase no es productiva y por tanto no produce riquezas con su trabajo. Entienden que esta nueva clase es disfuncional para el capitalismo. Esta nueva clase esta compuesta por burócratas, profesionales e intelectuales, que están vinculados de forma directa o indirecta a las diferentes administraciones publicas que van turnándose en el Estado. Además plantean que hay otros grupos sociales cuyo poder depende de la amplitud de los programas sociales del Estado y de los recursos económicos destinados a los mismos.

Esta corriente plantea que los programas sociales  que implementa el Estado, en muchos casos, tienen efectos contradictorios y afirman que de esa forma en vez de solucionar la crisis que genera el capitalismo, lo que hacen  es aumentar los problemas  que ya existen, ya que generan nuevos problemas a la sociedad.

Como  podemos establecer el neoliberalismo se ha enriquecido con nuevas ideas  y postulados, sin embargo continua teniendo la misma  visión del liberalismo clásico en el sentido de que el Estado debe asumir una postura abstencionista y dejar que la iniciativa privada se haga cargo del desarrollo y el desenvolvimiento económico de la sociedad.

Los neoliberales dan un paso adelante con relación a los liberales clásicos, ya que en la actualidad abogan  por la privatización de buena parte de las relaciones  entre los agentes sociales y económicos, es decir persiguen la privatización en el ámbito de las relaciones laborales  y financieras, vale decir que promueven la privatización de empresas de bienes y servicios  y por tanto productoras de riquezas y en cuyo funcionamiento y desarrollo intervienen trabajadores.

La corriente del Estado social, en cambio, considera que aunque en su contenido muchas ideas del neoliberalismo tienen lógica semántica, vale decir que pueden ser explicada  y comprendida por la gente, en el fondo los nuevos postulados lo que vienen a reafirmar  es la intención del capitalismo, que busca el desmantelamiento del Estado social y la vuelta al laissez faire.

La corriente del Estado social entiende que algunos aspectos de las críticas neoliberales pueden tener algún grado de validez, pero entiende que no por ello se debe aceptar o admitir que la solución al desarrollo de una nación es refugiarse en una economía de servicio, donde las importaciones sustituyan el rol que deben jugar sectores productivos, que a la larga serán tan indispensables para el equilibrio social, político y democrático  de la sociedad.

La corriente del Estado social no es partidaria de que la propiedad publica de todas las empresas y su  planificación global esté en mano del Estado porque ello seria  concentrar en las mismas manos  el poder político y el poder económico. Postulan por una participación mixta en la economía, en donde tanto el Estado como el sector privado participen de la vida económica del país, ya que el Estado  debe jugar un rol de equilibrio en las grandes  decisiones económicas

Según la corriente del Estado social la principal contradicción  de la corriente neoliberal es su ilusión de separar la categoría poder político de la categoría poder económico, ya que entiende que no se debe perder de vista que con relación al poder económico, éste tiene una incidencia directa sobre el poder político y el primero persuade o se impone al segundo con gran facilidad, cuando así se lo propone. Donde el poder económico ha alcanzado un grado mayor de desarrollo, el poder político no tiene fuerza considerable y sus acciones  no son más que un reflejo del poder económico.

Evelio Arroyo es Sociólogo, Abogado y Escritor. Estos temas son publicados del libro “Estado y Política” de su autoría   

2008-06-10 00:26:28