Opiniones

Quique has un gesto digno en tu vida, renuncia

Quique has un gesto digno en tu vida, renuncia



Por Sergio Acevedo



El poder que obnubila la mente, los favores que se mendigan con genuflexión, la fortuna que se amasa manchada por el infortunio de otros, los logros que proporciona la lisonja, tienen el valor -efímero por cierto- que sólo permite satisfacer el ego del que no lleva en sí mismo, en sus virtudes intrínsecas,  la riqueza humana que engalana y fructifica la vida.



Quique Antún se aferra al puesto de presidente del PRSC, se obstina de una manera que rompe con todo patrón de lógica porque no se explica, a la luz de los textos de ciencia política, que en un modelo de partido democrático haya alguien que ha perdido 8 elecciones consecutivas, que ha prostituido los órganos formales de toma de decisiones, que ha lanzado por el sumidero más de mil trescientos (RD$ 1, 300.00) millones de pesos, que ha permitido y patrocinado la división del partido hasta el paroxismo; alguien a quien se le ha descubierto  -por lo menos un documento- respaldando por lo bajo a un candidato que no es el de su partido, a quien el rumor público  acusa de miles de perversidades en contra del partido y de dirigentes honestos y dignos; persona que no ha realizado ningún aporte para modernizar las estructuras partidarias, ni  ha permitido que el río de la democracia interna corra por los causes de la organización; ese dirigente descolorido y mediocre que ha logrado planos importantes en la política en base a intrigas y componendas, que ha mendigado para encumbrarse, pero que después ha mordido la mano de quien le ha proporcionado el alimento con el cual ha emergido a la arena pública, que nunca ha sido fiel a nada, ni a nadie, porque nunca sus espíritu se ha inmutado antes  el paisaje de una flor bañada por el rocío crepuscular de la noche, ni se ha conmovido de tristeza ante el espectáculo desolado de un niño pálido atacado por la desnutrición y el hambre. No es posible que una persona con este prontuario de iniquidades tenga la cara tan dura y sienta tan pobre respeto hacia su propia dignidad, que apetezca a mantenerse en un puesto que, incluso, llegó no por méritos propios, sino por la muleta que le prestó Amable.



El repudio y el desprecio que sienten los reformistas hacia este dirigente no tienen precedente con ningún otro personaje en la historia política del país, ni en el pasado y mucho menos en el presente, porque ningún ente ha caído a planos tan vergonzosos en la conducción. La puerta de la renuncia digna ha estado abierta para permitirles a los actores una salida decorosa y para evitarle males mayores a la institución.



En estos momentos, Quique, quien ha revelado un histrionismo que si no fuera tan trágico movería a risa, como toda pieza de histrión, no quiere admitir su culpa en el naufragio, y ha declarado que va a renunciar pero en el mes de Septiembre, que es cuando él, irónica y cínicamente entiende, que estará listo el proceso de reorganización que supuestamente promueve. Más descaro no es posible admitir en una persona que se sobre estima y que piensa que los demás somos bobos para creer en la bondad de su promesa, cuando la verdad es que el hombre lo que quiere es aprovechar los casi 10 millones de pesos que aún quedan en banco y que fueron proyectados para cubrir la burocracia hasta ese mes, inclusive. El pulpero va a consumir hasta la última gota de sangre del cadavérico PRSC.



Ese discurso desnutrido y sórdido lo adereza con toques de demandas sentidas de la población con el fin de buscar coros entre los incautos y las personas que no lo conocen. Habla de cambios sociales, cuando en la práctica él es un patriarca del retroceso; plantea la lucha contra la pobreza, siendo un elitista que desprecia a los pobres y a los negros, se refiere en los medios de la necesidad de producir transformaciones estructurales en el país, cuando él es un pontífice que actúa como retranca a esas transformaciones; habla de justicia social cuando en realidad lo que auspicia es el status quo que le brinda protección y le facilita un prestigio para el cual carece de las más leves condiciones.



Quique es el político más atrasado que pueda existir en partido alguno, el de menos sensibilidad social y humana, para él una computadora es más importante que un ser humano. Su cerebro y su corazón están entorpecidos por igual, como los polos de un imán gastado, miente como un hábito porque ignora que las palabras, para ser verdad, hay que saber amarla y sentirla, por más intrépido y audaz que sea concatenando mentiras, no podrá engañar a nadie en el PRSC con un discurso manido que se convierte en simple rutina embotellada, parodias bucólicas extenuantes , opiniones sin juicio que atropellan el sentido común y corren por los medios como caballos desbocados, sin el freno del sentido exacto y el buen gusto.



Su vida política concluyó, sabía que iba a terminar de mal manera, con el desprecio de todos, porque no siempre él iba a jugar el papel de detective y el resto el de bandido en la película. Los roles tenían que ajustarse al libreto de la vida, con todo su realismo. El no podrá capear la tempestad, porque nadie cree en él, ni aún sus socios más aguerridos que habrán de escurrírseles porque ya no habrá leche en la ubre reformista. El pulpero no sacará ni un centavo de su opulento patrimonio, porque tiene la convicción de que al colmado se va a hacer negocios, no obra de caridad. Por eso terminará sólo, con mucho dinero, pero sin estimación, ni reconocimiento.



El dinero es un bien transitorio que los  hombres rutinarios buscan afanosamente, constituye un medio, nunca será un fin; el reconocimiento es la antesala de la gloria y esta la meta de todo ser superior.



Aunque no podrá reivindicarse por los tantos atropellos cometidos contra infelices dirigentes, a los cuales maltrató y humilló innecesariamente; por los tantos daños ocasionados a la organización con sus deslealtades, incluso, hacia el propio líder; por los fraudes y las sustituciones de candidaturas arrebatadas a gentes que, incluso, tuvieron que vender o hipotecar sus casas para ganarlas (todavía Bayona no se ha recuperado plenamente del derrame que le ocasionó la sustracción de su candidatura a Vice síndica para dársela a Yvelisse ), el personaje puede tener un gesto digno en la vida: la renuncia. No hay otra salida, lo demás puede que sea traumático.

2008-06-20 04:28:39