Opiniones

EL TIRO RÁPIDO

EL TIRO RÁPIDO



De



Mario Rivadulla



Viernes 04/07/2008.

Durante su intervención en la Cumbre sobre Alimentación, convocada por la FAO y efectuada en Roma en semanas recientes, el Presidente Leonel Fernández, actuando como vocero a unanimidad para representar a los países de Latinoamérica, mencionó varias crisis:

La  originada por la irrefrenable escalada del precio del petróleo, que ha afectado gravemente la economía mundial, principalmente de los países en vías de desarrollo, como es nuestro caso.

La alimentaria debido al disparo de los precios de los cereales, los aceites, los productos lácteos, las materias primas e insumos para el agro, que se cierne como grave amenaza de hambruna para una lista de al menos 22 países, entre los cuales figura nuestro vecino Haití.

La financiera, tanto de los Estados Unidos como de Europa, que se refleja de manera negativa en muchos otros países, entre ellos la República Dominicana.

A este rosario de situaciones críticas, al que se agregan otros elementos agravantes como es paradójicamente el crecimiento de las economías emergentes de China y la India, los dos países más poblados del planeta, que en conjunto representan el 40 % de sus habitantes, se suma ahora otra, que no fue mencionada en ese momento por el mandatario dominicano, porque si bien mostraba algunos amagos, principalmente en los Estado Unidos, todavía no se había establecido de manera formal. Se trata de la crisis migratoria.

Desde el pasado año, venían llegando de los Estados Unidos señales muy preocupantes de enérgicas medidas represivas puestas en marcha que afectan unos 12 millones de inmigrantes indocumentados. Entre estos figuran, no pocos dominicanos, quienes no disfrutan de un status legal en Norteamérica.

Expresiones de este endurecimiento contra la población inmigrante en Norteamérica es la persecución de los agentes e inspectores de migración contra los extranjeros ilegales, la adopción y aplicación de duras leyes represivas adoptadas por diferentes estados con fuertes sanciones para quien utilice mano de obra indocumentada y el levantamiento del muro fronterizo entre los Estados Unidos y México, a un costo de 2 mil millones de dólares. Esta, por cierto, es la misma cantidad que hubiese permitido reparar los deteriorados diques de contención de New Orleáns, impidiendo la tragedia que casi ha hecho desaparecer esa legendaria ciudad sureña.

De no menor importancia negativa ahora, es el acuerdo adoptado por el Parlamento Europeo, de obligada aplicación en todos los países que conforman la Unión, mediante el cual se dispone el reenvío a sus países de origen de inmigrantes con residencia legal que pierdan sus trabajos,  en un plazo máximo de 18 meses.  Esta situación afecta de manera directa a una gran cantidad de dominicanos diseminados por distintos países del Viejo Continente. Pero es una situación que se hará sentir, de manera mucho más significativa, en la comunidad asentada en España, que se calcula cuenta con unos 125 mil miembros, de los cuales 100 mil gozan de residencia legal.

Originalmente, se había corrido la versión de que esa comunidad iba a quedar al margen de la drástica disposición. Pero muy pronto, nuestro cónsul en Madrid se apresuró a aclarar que también nuestros compatriotas serán afectados por la medida. Esto, para el país, comporta un doble efecto adverso.

En primer término, la reducción apreciable de nuestras remesas procedentes de Europa, que se tiene entendido ya andan por el orden de unos 1,300 millones de dólares anuales, en números redondos, precisamente en momentos en que estamos más urgidos de ampliar nuestro inventario de divisas para afrontar el pago de la factura petrolera, que este año se calcula, al precio actual del crudo, podrá sobrepasar la cifra de 5 mil 200 millones de dólares.

En segundo término, el retorno obligado de una gran cantidad de dominicanos, que en el exterior disfrutaban de trabajo estable e ingresos fijos muy superiores a los que seguramente hubiesen podido obtener aquí, representará una fuerte presión adicional en términos de mayor desempleo, demanda de alimentos y otros bienes de consumo y servicios públicos esenciales.

Como puede apreciarse, la crisis migratoria no cede en importancia, riesgo y perjuicio a las enunciadas por el Presidente Leonel Fernández en la capital de Italia, en el ya citado evento convocado por la FAO.

Frente a esta situación, el gobierno dominicano, acaba de expresar justificada preocupación, mediante una declaración emitida a través de una declaración originada en el Departamento de Prensa del Palacio Nacional.



Obviamente, esa expresión por si sola, no producirá ningún efecto práctico. Para lograr esto, serà preciso encaminar toda una urgente, inteligente y efectiva estrategia diplomática e incluso mediática, en conjunto con otros países afectados de América Latina, a fin de tratar de conseguir una revocación del acuerdo, para lo cual es de esperar que ya se hayan iniciado los contactos necesarios.

Lo otro será acompañar esas gestiones con el endoso de la Virgen de la Altagracia, porque al paso que van las cosas en el mundo, las perspectivas son cada vez más sombrías para los países pequeños y pobres, a un punto que pudiera ser necesario un verdadero milagro para poder superar todas estas crisis coincidentes.

2008-07-07 21:52:46