Santo Domingo Gris
Por Víctor Suárez
Un ocaso oscuro se cierne sobre santo domingo.
La ambición atrevida de los generales y la corrupción desmesurada de los burócratas políticos, aceleraron el paso hacia el abismo de esta nación empobrecida y rica, aniquilada en su paso hacia el futuro.
Todos sabemos quiénes son los culpables de los hechos que acaecen día a día, del dolor de la carencia y la esperanza sin esperanza. De las noches oscuras y de las calles tenebrosas, culpables de la incomodidad de vida que nos ofrece este siglo que apenas empieza.
Pasan los cadáveres de los muchachos jóvenes de los barios tristes y yo sentado ante mi maquina y el ministro hablando ante el púlpito, y el diputado mintiendo en su curul, y el senador en comisiones, y el rico en los hoteles de lujo, y los estudiantes en sexo y éxtasis, los militares y policías buscándose lo suyo y el país descalabrándose, los que ayer eran comunistas hoy son delincuentes, son los mismo, el mismo motivo los lleva a la aventura de la desventura, la falta de oportunidad y la miseria son las mismas de ayer, sumidos en la carencia y las puertas hacia la vida se sierran a su horizonte, mientras la puerta hacia el abismo de par en par abierta.
Pasa la ignorancia en su carro de eternidad y pasan los hijos pródigos de la nación, pasan los derrochadores por las avenidas, por donde también transita el hambre y la pena y la tristeza causada.
Aquí todos somos culpables unos por ambición y otros por omisión, nos quedado de brazos cruzados ante la aberrante descomposición moral de nuestros dirigentes, somos culpables por no tener los pantalones de hombres para defender el derecho de los demás a vivir como la gente, con esta actitud de dejadez, le damos apoyo a las fechoría de los malhechores vestidos de orden y justicia.
En un país donde un teniente se cree un dios, especule usted lo que piensa un coronel o un general, seres intocables, hasta que la DEA lo descubre metido en los más sucios juegos de depredación social y con las manos manchadas de sangre y estupefacientes.
Somos culpables, porque mientras ellos se enriquecen osadamente, nosotros los que nos creemos gente sana solo hablamos de cómo evitar el robo constante, por aquellos que dirigen cualquiera de las instituciones. Y por pequeña que esta sea, la negrura de la inconsecuencia y la ambición, busca como acurrucarse en el bolsillo del que dirige dicha institución.
Los hombres que son hechos de corazón y amor, de justicia y respeto a los demás, debemos enfrentarnos sin reparo a los hombres sin principio, pues tras su ignorancia ellos actúan, mientras nosotros solo hablamos, tenemos miedo de dañar, hasta lo ya dañado, hay que ser hombres con corazón, de principio y fe, hombres buenos, pero listos para aplastar cual cucaracha a los que acogen la cultura del arrebato, del saqueo, el engaño, el crimen y la traición a la vida del Dominicano .www.victorsuarez.com.do.
2008-07-07 21:56:12