Acciones y soluciones para fomentar la lectura y hacerla eficaz
Por Eleanor Grimaldi Silié
Educadora y escritora.
En la época actual donde los procesos modernos y avances tecnológicos son parte de la vida diaria, es más difícil inculcar los hábitos de leer libros físicamente, no obstante el auge que tienen las industrias editoriales y la proliferación de los libros que se editan en la actualidad.
Existe además, todo una gama de ofertas para distraer a las personas y abstraerlas del hábito de la lectura; sin embargo, no todo está perdido.
Estamos seguros que cuando se fomenta la lectura y cuando el niño o el joven disponen de padres y maestros que les ayudan a crear y fomentar éstos hábitos, el éxito está asegurado.
Cuando se inicia la formación de hábitos lectores con los niños, en el proceso de alfabetización, generalmente ellos se aburren en los primeros contactos con los libros; es una experiencia nueva y muy particular, ya que no han adquirido conciencia del significado que tiene leer para sus vidas. Corresponde al adulto hacerle sentir que esa etapa es bonita e interesante. Es favorable inducirles desde una edad temprana y regalarles libros sencillos con ilustraciones atractivas, de manera que tomen cariño a los libros.
A medida que se identifica con los códigos lingüísticos amará los libros. El interés no se puede despertar con miedo ni intimidaciones, sino al contrario inducirles con amor, mostrándole lo gratificante que resulta leer para los seres humanos.
Hay personas que han sido alfabetizados a la fuerza, a base de castigos y golpes por parte del maestro o de los padres y eso ha provocado que algunos pequeños rechacen la lectura.
Algunos solo leen cuando la lectura es obligatoria para aprobar una asignatura.
Una lectura favorece más al lector cuando se realiza de manera voluntaria sin presiones en un ambiente tranquilo y agradable. La lectura por placer es la forma más eficaz de incentivarles, ya que cuando el lector se inclina a leer por placer puede adquirir el hábito de comprar libros, disfrutar de imágenes nuevas, acontecimientos y aspectos de la belleza natural así como valorar los diversos paisajes culturales.
Hemos tenido experiencias en las aulas, con alumnos que exhiben poco amor hacia la lectura y prefieren que otros amigos lean y trabajen sus tareas escolares, para luego ellos copiar lo que otros leyeron y escribieron.
Esto ocurre en todos los niveles de la educación. Como consecuencia, los menos aventajados en materia de hábitos de lectura, se nutren de los conocimientos de los compañeros. Esta conducta es muy usual entre los adolescentes, que siempre se congregan en grupos solidarios y aunque fomentamos el trabajo en grupo, siempre es favorable valorar el esfuerzo personal.
En ocasiones, también los padres en actitud de solidaridad con los hijos, por las presiones que reciben ante la cantidad de tareas escolares, se involucran en las mismas para evitar mal humor o que sufran castigos o calificaciones deficientes.
En el caso de los adolescentes y los adultos, en nuestro país la mayoría lee con mayor frecuencia cuando se trata de estudiar con fines de exámenes o cuando tienen que cumplir tareas escolares, tal como lo reflejan las encuestas aplicadas en época reciente.
Se ha demostrado en la encuesta que fue publicada en el año 2003, por la Fundación Global, y dirigida por el Lic. José Rafael Lantigua, actual Secretario de Estado de Cultura, entre otros aspectos, lo siguiente:
Aplicada a una muestra de 1,450 personas, el 40% dedica su tiempo libre a ver televisión, el 23% a la recreación y sólo el 19% es dedicado a la lectura. De la totalidad de personas encuestadas el 31.% nunca o casi nunca lee; el 68% nunca visita una biblioteca y solo el 9% la visita con frecuencia y el 6% raras veces.
Vemos que los adultos, ya concluida su etapa universitaria, casi no leen y otros no toman los libros concernientes a sus áreas de estudio, ni menos lectura recreativa, porque entienden que ya son profesionales.
Esta encuesta es un diagnóstico interesante para ayudar al país a mejorar un aspecto vital de la vida de una nación.
Actualmente se realizan esfuerzos por mejorar esta situación y diversas instituciones de la República Dominicana, algunas involucradas en el Plan Quinquenal del Libro y la Lectura, que fue preparado con motivo de la declaración del Año del Libro y la Lectura, mediante Decreto No. 619/06 emitido por señor Presidente de la República Dr. Leonel Fernández. De manera, que leer se ha convertido en una política pública que vincula a varias instituciones hacia acciones de fomento de la lectura.
La situación antes descrita no es exclusiva de la República Dominicana. Aún en los países desarrollados el problema de la lectura persiste. Por ejemplo, en el caso de adultos lectores, en Dinamarca los préstamos circulantes en bibliotecas lo hacen niños y éstos leen el 59% de los libros que les prestan.
En Estados Unidos donde el 25% de la población lectora tiene tarjetas de lector, solo un 10% la usa más de una vez al mes.
Otra vertiente del problema dominicano, lo constituyen los altos niveles de analfabetismo, que a pesar de su disminución a un 12 %, el analfabetismo funcional, sigue constituyendo trabas para el fomento de la lectura.
La solución de la lectura está vinculada a la disponibilidad de libros en las aulas y en las bibliotecas, la instalación de suficientes centros de documentación e información y la presencia de buenos conductores (padres, maestros, bibliotecarios, sicólogos y otros mediadores), que ayuden a las personas en el proceso de adquirir los hábitos de leer; al igual los entrenamientos masivos de promotores de lectura dirigidos a maestros, bibliotecarios, líderes comunitarios y padres de familia, el abaratamiento de los libros y otros aspectos de carácter socio-económico.
En los entrenamientos que se han realizado con motivo del año del Libro y la Lectura ha sido vital la labor desarrollada por la Dirección General del Libro y la Lectura en la Secretaría de Cultura, a cargo del Lic. Basilio Belliard, y las asesorías recibidas del Cerlalc-Unesco con motivo del Año del Libro y la Lectura, tanto en los entrenamientos realizados en la pasada X Feria Internacional del Libro, como en el apoyo a los talleres a Bibliotecarios y a Promotores de Lectura.
Otras instituciones públicas y privadas de nuestro país fomentan la lectura y están implicadas en las acciones del Plan Quinquenal del Libro y la Lectura que se inició en el año 2007: Secretaría de Estado de Cultura, Despacho de la Primera Dama , Secretaría de Estado de Educación, Universidad Autónoma de Santo Domingo, Cámara Dominicana del Libro, Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología y otras involucradas en el Plan Quinquenal del Libro y la Lectura, realizan Olímpíadas de Lectura, Hora del Cuento, Formación de Clubes de lectores, Fomento de Bibliotecas barriales, Formación de Abuelas Cuenta Cuentos, Muestras del Libro Infantil, Formación de Animadores y Promotores de lectura, elaboración de Guías de Lectura y Revistas, Campañas de promoción de la lectura, Concursos y otras acciones tradicionales que realizan algunas instituciones como El Plan Lea del Listín Diario, Concursos patrocinados por el Banco de Reservas, el Banco Central, ediciones de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, y de suplementos y revistas infantiles apoyados por periódicos de circulación nacional y otros planes estratégicos.
Creemos que el camino a transitar puede resultar más favorecedor para la lectura si todos los dominicanos nos involucramos; el problema es un compromiso de todos: padres, maestros, bibliotecarios instituciones públicas y privadas, medios de comunicación, estudiantes, profesionales y libreros.
Hemos comprobado que cuando se estimula la lectura, los niños, jóvenes y adultos prefieren leer y reemplazar algunas horas y prefieren un libro antes que ver una telenovela, un juego, una película o cualquier otra manera de distraerse.
La lectura ayuda en los procesos perceptivos, así como a enriquecer el vocabulario, la imaginación, la memoria y mejora la vida de los seres humanos.
Es necesario que los adultos se dediquen a trabajar en la formación de los hábitos de lectura, que no se vea la lectura solo como una necesidad para cumplir con un programa de asignaturas en las escuela, sino se les muestre a todos, que leer es tan bueno como comer, dormir, jugar y realizar otras actividades que forman parte del desarrollo humano y espiritual de las personas. Sólo así, contribuiremos a cubrir una necesidad vital y que la acción de leer se convierta en una acción igual que comer, asearse y dormir.
2008-07-10 03:44:56