Opiniones

EL TIRO RÁPIDO DE

EL TIRO RÁPIDO DE



MARIO RIVADULLA



Viernes 18/07/08

El discurso del Presidente Leonel Fernández era esperado y necesario. Había inquietud en la ciudadanía y en los distintos sectores del país ante la ausencia de orientación oficial para hacer frente a los efectos de la grave crisis internacional denunciada por el propio mandatario, actuando como vocero de Latinoamérica, en la Cumbre convocada al efecto por la  FAO en Roma, que tuvo lugar semanas atrás y que contribuye a agudizar y ampliar la agenda de problemas nacionales.

La pieza del mandatario se orientó en distintas aunque previsibles  vertientes. Por un lado, anunció las insistentemente reclamadas y exigidas medidas de austeridad del gobierno. Estas comprenden, entre otras disposiciones, rebajas para los sueldos altos en la Administración, congelación en la compra de equipos de oficinas y de vehículos por un año, exceptuando la Policía Nacional, Agricultura y Salud Pública, reducción  en el uso de celulares, pasajes, viáticos, dietas y gastos de representación. También habrá un recorte en la publicidad oficial de un 25 %. Dentro de ese mismo orden, no se dará inicio a la construcción de nuevos proyectos de infraestructura, dando prioridad a la terminación de aquellas que estén avanzadas en 75%.

En contraposición a esas medidas de ahorro, el Presidente Fernández dispuso llevar los sueldos  y pensiones mínimos del sector público de tres mil a cinco mil pesos mensuales, tanto civiles como policías y militares y un aumento general  de un 15% a todo el personal que labora en la Administración Pública que percibe emolumentos hasta un máximo de 30 mil pesos.

Como también se había avanzado, el Jefe del Estado informó de la focalización del subsidio al gas licuado de petróleo de tal modo que llegue a los sectores realmente necesitados. En este orden, anunció la creación del programa bono-gas para chóferes y hogares de escasos recursos. El programa beneficiará con un subsidio de 38 pesos por galón hasta un máximo de 6 galones diarios a unos 24 mil conductores públicos de transporte urbano. En cuanto al bono gas para fines domésticos, llegará a unas 800 mil familias de clases pobre y media-baja. El subsidio en este caso, será incluido en la tarjeta Solidaridad y resultará igual al de los chóferes de 38 pesos por galón hasta 6 galones mensuales.

La medida, según el estimado del gobierno, debe producir un ahorro de 6 mil 300 millones de pesos y evitará la distorsión registrada de manera creciente por vehículos de alto costo y elevado consumo adquiridos a precios millonarios, que cambiaron su sistema de combustible de gasolina a gas licuado para beneficiarse del subsidio otorgado a este ultimo.

En cuanto a la clase media, para la cual se habían anunciado previamente disposiciones encaminadas a favorecerla, el presidente Fernández anunció el envío de un proyecto de ley destinado a modificar el actual Código Tributario para que pueda deducir de su declaración de impuesto a la renta los gastos incurridos en educación y salud. Tomando en cuenta las cada vez  elevadas tarifas de las escuelas privadas y los honorarios en los consultorios y centros médicos, la disposición, que es de esperar sea conocida y aprobada por las Cámaras Legislativas,  puede traducirse en un ahorro bastante significativo para los contribuyentes directos.

Como era también de esperar, la alocución del mandatario provocó reacciones diversas. Podía preverse por anticipado y así ocurrió, que desde la oposición surgirían críticas tanto del PRD como del Partido Reformista cuyos respectivos voceros calificaron de incompletas las medidas anunciadas al igual que algunos sectores específicos, En otros, el discurso presidencial recibió una acogida favorable en sentido general.

Salta a la vista sin embargo, que el mandatario obvió toda referencia a la también necesaria política de ahorro nacional que debe involucrar al pleno de la sociedad  para lograr patrones de consumo de combustible y energía más racionales, en lo que debe constituir un gran esfuerzo nacional que involucre a toda la ciudadanía para enfrentar la crisis. Se recuerda que hace un par de años, con el petróleo a un precio mucho más moderado al igual que los alimentos y las materias primas e insumos, el gobierno implementó un plan de ahorro energético con medidas de carácter colectivo, que descontinúo al cabo de poco meses de manera nunca bien explicada y que se impone restablecer ahora con mucha mayor razón.

Por lo demás, las medidas anunciadas por el Presidente en su discurso quedarán ahora sometidas en su ejecución a la prueba del tiempo y los resultados que arrojen. Esperemos que éstos sean los anunciados y los que el país necesite.

2008-07-21 19:28:43