EL TIRO RÁPIDO
De
Mario Rivadulla
Lunes 21/07/08.
El conflicto generado en torno a la pretensión de levantar una monumental torre en terrenos aledaños al Dominican Fiesta, ha motivado al Síndico capitaleño Roberto Salcedo, a hacer un importante anuncio. Se trata de dar vida a una legislación sobre reordenamiento territorial del Distrito Nacional.
Durante todos estos años, la ciudad capital ha crecido de manera desordenada. Centenares de nuevas urbanizaciones, proyectos residenciales tanto como sectores arrabalizados han proliferado de manera totalmente medalaganaria, convirtiendo la ciudad capital en un verdadero caos. Si bien es cierto que existen normas para la construcción y requisitos para los otorgamientos de licencias, éstas se han violado de manera continua y flagrante. Para nadie es un secreto que mediante el tráfico de influencias, el enllavismo y el pago de soborno las disposiciones legales han sido ignoradas o violentadas de manera impune en incontables ocasiones.
Ahora mismo, la diputada Minou Tavárez, acaba de denunciar la apropiación ilegal de contenes y aceras en calles del lujoso residencial Los Cacicazgos, seguramente el área inmobiliaria de mayor valor del país, para construcciones de carácter particular. No es un caso singular, sino por el contrario, una práctica extendida. Se sabe que hay quienes han llegado al extremo de condenar vías públicas y hasta utilizar áreas verdes para ampliar sus propiedades. El llamado “Cinturón Verde”, uno de los principales pulmones reservados para oxigenar la capital, ha visto cada vez más reducido su espacio absorbido por proyectos inmobiliarios.
El propio Roberto Salcedo, al hacer el anuncio que comentamos, afirma que gran parte de las torres que han proliferado y cambiado la fisonomía de la ciudad capital se han levantado de manera irregular sin respetar las normas vigentes. Es posible que en más de un caso, a más de la calidad se encuentre comprometida la seguridad del inmueble y por consiguiente, de quienes los ocupan. ¿En cuántas de estas construcciones se han alterado los planos originales? ¿Se han utilizado materiales de inferior calidad buscando mayores ganancias? ¿Cuántos cuentan con salidas de emergencia? Su denuncia viene a confirmar anteriores que se han hecho en el mismo sentido. La legislación que promete ahora Roberto Salcedo puede llegar a constituir uno de los logros de mayor importancia de su gestión, al frente de los destinos de la capital, al establecer un marco jurídico adecuado para reordenar y reorientar el crecimiento inmobiliario de la ciudad capital.
Un ejemplo palpable es el debatido caso de la suspendida torre que se pretende levantar en terrenos del hotel Dominican Fiesta, con una densidad superior a 30 niveles, en un área donde esta se limita a solo 6. ¡De un día para otro han quintuplicado la densidad¡ La Junta de Vecinos ha mantenido una consistente y justificada oposición basada en legítimos derechos adquiridos, al amparo de normas establecidas para la zona que en este caso pretenden ser groseramente alteradas.
Llama la atención que quienes están detrás de este proyecto y han incurrido en todo una serie de irregularidades, inclusive pretendiendo burlar la buena fe del Juez que conoce del conflicto, parecen disponer de recursos sobrados para tratar de montar una campaña de desinformación pública, a través de una alegada e improvisada Asociación de Empresarios y Agentes Inmobiliarios, no incorporada, que tratan de cuestionar la calidad de la Junta de Vecinos para oponerse al infortunado y sospechoso proyecto, en tanto paradójicamente pretenden arrogarse la representatividad del vecindario. En adición, intentan desvirtuar el rechazo al proyecto como un obstáculo al desarrollo, ignorando que éste debe responder a un patrón que esté en armonía con las regulaciones legales y los derechos adquiridos de buena fe al amparo de las mismas. Lo que tratan de perpetrar en este caso no es verdadero desarrollo, sino un atropello y un despojo.
Obviamente, la importancia de la legislación anunciada por el Alcalde de la capital, estará en razón directa del interés que pongan las autoridades en exigir su riguroso cumplimiento. El énfasis es necesario, porque en más de una ocasión se ha dicho, con sobrada razón, que lo que sobran en el país son leyes y regulaciones y lo que falta, por el contrario, es la voluntad política para hacerlas cumplir, ya sea por populismo, complacencia, soborno, tráfico de influencias o por simple irresponsabilidad.
Esperemos que no siga ocurriendo así.
2008-07-22 18:57:04