Opiniones

EL TIRO RÁPIDO

EL TIRO RÁPIDO



 De



Mario Rivadulla



Miércoles 24/07/08.

Cuando el presidente Leonel Fernández dio inicio al actual período de gobierno próximo a finalizar, la cotización del dólar oscilaba en un orden superior al 42 por 1. Los pronósticos de algunos de los economistas por ese entonces, resultaban bien sombríos. Hubo algunos que llegaron a profetizar que la divisa extranjera se dispararía a más de 80 por 1 antes de finalizar el año 2004. Ocurrió, sin embargo, todo lo contrario. Pese a recibir el país inmerso en graves dificultades económicas y el Banco Central con un saldo negativo en sus reservas de divisas a más de  una baja clasificación de riesgo-país por parte de las agencias calificadoras internacionales, el dólar registró una  significativa disminución colocándose en el rango de entre 32 y 34, cheles más, cheles menos, en  que se ha mantenido hasta el presente.

Durante todo este tiempo, desde entonces para acá, esa cotización se ha mantenido al ritmo de las fluctuaciones normales del mercado. El Banco Central y el gobierno han resistido y rechazado sugerencias y presiones para provocar un deslizamiento de la prima de la divisa extranjera bajo la excusa de favorecer a determinados sectores de la economía. Algunos contados y tímidos amagos de presionar el alza, por vía de especulación, han sido rápidamente frenados por la pronta y efectiva intervención del Banco Central que, contrario a la condición que heredó 4 años atrás, dispone hoy de una excelente reserva en divisas netas que supera con mucho los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional durante la vigencia del acuerdo Stand-by que culminó en meses recientes.

Hace pocos días el Banco Central dio a la luz pública un amplio comunicado detallando las líneas maestras de la política adoptada frente a la grave situación de crisis internacional que afecta la economía mundial, principalmente de los países más débiles y en vías de desarrollo. Estas se orientan fundamentalmente en dos direcciones: controlar la tasa de inflación para tratar de mantenerla en el rango más bajo posible y fortalecer la estabilidad macroeconómica. Ambas han sido características esenciales y exitosas en la estrategia seguida bajo la actual gestión del Lic. Héctor Valdez Albizu. Tanto la una como la otra han posibilitado proyectar todas las actividades económicas del país dentro de un marco de mayor seguridad y confianza. Durante la reciente visita de representantes del Fondo Monetario Internacional, que vinieron al país a solicitud del propio Gobernador, éstos dejaron expresa constancia del endoso del organismo a las medidas adoptadas por el Banco en esa dirección.

Pero si no bastara este firme respaldo recibido del Fondo, ahora tres de nuestros más destacados economistas, Carlos Despradel, Miguel Ceara Hatton e Isidoro Santana, al participar en el tradicional almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio para analizar con ojo crítico las recientes disposiciones anunciadas por el Presidente Leonel Fernández en días pasados, coinciden de manera categórica en afirmar que en los presentes momentos de crisis económica no es recomendable una devaluación de la moneda nacional.

Es una posición que desde aquí hemos mantenido y apoyamos, no basada en conocimientos económicos de que carecemos, sino en simple razonamiento lógico partiendo de las seguras más que posibles consecuencias traumáticas que desde el punto de vista social y hasta político, pudiera provocar el llamado deslizamiento de la prima, un riesgoso proceso que una vez iniciado es imposible prever donde habrá detenerse, tal como ocurre ahora mismo con el precio del petróleo. Basta tomar como referente cercano lo ocurrido durante la administración de Hipólito Mejía, donde se planteó “sincerizar” la relación peso-dólar, llevando la prima de un 17 y tanto hasta el 21 por 1.   Lo que ocurrió después, todos lo saben y lo padecimos. La prima llegó alcanzar en determinados momentos el 60 por 1 y el rejuego del mercado cambiario llevó a los bolsillos de los especuladores más de 15 mil millones de pesos de ganancias, según reveló el propio Hipólito Mejía.

En conclusión: un aumento provocado de la prima del dólar frente al peso, bajo las actuales circunstancias de crisis inflacionaria, se traduciría en una irrefrenable alza general de todos los precios tornando insoportable el costo de la vida y en muchos más pesos para pagar  la factura petrolera y honrar el servicio de la deuda externa, presionando aún más las disponibilidades financieras del Estado sobrecargadas por el peso de los subsidios,  originando una crisis social de vastas proporciones y poniendo en grave riesgo la gobernabilidad del país.

Frente a esta suma de catastróficas consecuencias, no es preciso ningún argumento adicional y de mayor convencimiento para refrendar la política monetaria mantenida por el Banco Central y su obstinada y justificada resistencia a promover alzas provocadas en la prima del dólar para beneficiar a determinados sectores a costa del interés general.

2008-07-25 00:10:16