Prohibido triunfar
Por: Manuel Almánzar
Dicen, que quien hace vida pública tiene que cuidarse el triple de lo que lo haría una persona anónima y, que cada vez que sale en los periódicos….se gana, por lo menos, mil (1,000) enemigos gratuitos. Y, si además, es una persona triunfadora, exitosa en lo que hace, entonces….”es que esa pintura es dura”, ya que, todo lo antes dicho, se multiplica a la milésima potencia.
Cualquier acto fuera de lo común, o talvez común en otra persona, resulta escandaloso para quienes de alguna manera tienen responsabilidades sociales especiales, ya sea por su papel en la política, en el arte, en los deportes, etc. Todo esto es verdad. Pero, también es verdad, que muchas veces cometen excesos al inmiscuirse en la vida privada de las llamadas “personas públicas”. Unas veces, el móvil es el afán de lucro, otras lamentablemente, podrían estar dirigidas a causar daños a la imagen personal y hasta a sacar de concentración a esas personas, con el objetivo malsano de que pierdan la paz mental y de esa manera, y perjudicarlos en su rendimiento profesional.
Es el caso, pienso yo, de Alex Rodríguez, el indiscutido mejor pelotero de las Grandes Ligas en la actualidad y el mejor pagado de todos los tiempos los tiempos en ese deporte, al imponer un record cuando firmó con los Yankees de New York, un contrato por US$275 millones de dólares por 10 años. Alex, ha roto todas las barreras. A su edad, a colocado números que apuntan a que si mantiene su salud y sus condiciones por unos años más es casi seguro que borrará de los libros de record del béisbol, a los más emblemáticos y adorados reyes del olimpo beisbolero.
Para que se comprenda en su justa dimensión el potencial de este joven pelotero, vamos a remitirnos a las palabras de Sadaharu Oh, el legendario bateador de la liga japonesa, el cual dijo que….”el antesalista de los Yanquis de Nueva York, Alex Rodríguez, es la persona idónea para romper su récord de 868 cuadrangulares.
Oh logró la cifra en 22 temporadas dentro del beisbol profesional japonés, y dice que sólo es cuestión de tiempo antes de que la marca sea batida.“Nadie en Japón está cerca, pero creo que Alex Rodríguez puede lograrlo”, dijo Oh. “Alex tiene la capacidad de batear mil cuadrangulares”. Y, con este criterio, coincide, nada más y nada menos que….Barry Bond.
Ese joven, nacido en Nueva York, hijos de emigrantes dominicanos, criado comiendo plátanos, arroz, habichuela y carne, bien educado, inteligente, trabajador incansable, que en cada ocasión hace alusión al gran amor que siente por su abuela y por su familia, dedicado por completo a la práctica deportiva, alabado por sus compañeros, sobre todo por los novatos, ya que muestra una a disposición permanente a ayudarles, a llevarlos a su gimnasio, a practicar con él. Este joven, que desde sus primeros años, cuando todavía era una promesa, era alabado porque en sus tiempos libre volvía a la Universidad de Miami a tomar clases, para asegurarse una formación académica que le serviría, entre otras cosas, para bien administrar el dinero ganado en buena lid con su talento y sacrificio. Ese muchacho que después de ser un astro, mantuvo su misma novia y se casó con ella a pesar de todo el éxito que cosechaba, de repente, de un día para otro, se ha convertido en piedra de escándalo, publicando algunos medios, fotos tomadas con aficionadas, para presentarlo de manera distorsionada y hacer de él un objeto del amarillismo que tanto beneficia a los que no tienen nada positivo que decir de los demás.
De repente, ese joven modelo de buenas costumbres y ejemplo para la juventud, se ha convertido según los medios, en el divo de las divas, en un tipo que aparentemente le cambiaron su cabeza hasta hace poco muy bien puesta y le han colocado en su lugar, la de un tarado sin conciencia de lo que significa ser un héroe deportivo en los Estados Unidos de América, que es casi como decir en el mundo, pues de aquí sale la mayor parte de las informaciones que se consumen en todo el planeta. A pesar de toda la mala fe y la saña que contra el se vierte de manera desconsiderada y aviesa, Alex sigue ocupando las paginas de las secciones deportivas de todos los periódicos por sus hazañas en el terreno de juego, y no hay que ser muy inteligente para saber, que la mala fe y la envidia, no podrán con él, y mucho menos con sus números.
Alex es un gran atleta, el mejor de su deporte y un seguro miembro del salón de la fama. Su gran fortaleza, no es solo física, sino mental y nadie podrá sacarlo de ahí. Es más, me atrevo a asegurar, que como contra él no pueden usar las armas que han usado para arruinar, o querer a arruinar Barry Bond, han tenido que recurrir a la maldad, a los rumores, despertando el morbo de la gente, sin pensar en cuanto daño pueden hacer a los inocentes involucrados en la situación creada.
Bajo ninguna circunstancia quiero decir que Alex Rodríguez sea un santo. Para nada me atrevería a afirmar tal cosa. Pero, él ha demostrado con su corta vida, que es una persona buena, con principios morales incuestionables. Alex tiene derecho a tener una vida privada y respeto para la misma. Todo ser humano tiene el derecho de la privacidad y de manejar sus asuntos familiares dentro de la intimidad de su hogar.
Si por su notoriedad, los asuntos personales le interesan al público, los medios deberían de saber hasta donde llegar y hasta donde la noticia deja de serlo, para convertirse en un arma de dudoso valor ético.
Si toda esta campaña de escándalo en torno a la vida privada de este joven de padres dominicanos lo que busca es arruinarle su desempeño y evitarle que llegue a los sitiales de grandeza que está proyectado a llegar, les saldrá el tiro por la culata y los hará quedar mal, muy mal.
2008-07-30 23:23:34