El IDECOOP en la Carrera de la Fe
“No pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta”
(Filipenses 3:13 y 14).
Por Víctor Cruz
La vida del creyente se asemeja en muchos sentidos, a la experiencia de un atleta. El apóstol Pablo, ilustra la vida del cristiano comparándola con las de los atletas, que participan en las disputas olímpicas. Ciertamente, asistió a las competiciones entre los griegos, y vio como los atletas se empeñaban diligentemente, con el objeto de alcanzar los codiciados laureles. Leyendo sus escritos, nos parece que no solo asistió a éstas célebres disputas, sino, que también se gozó, viendo a los competidores dando lo mejor de sí para obtener la victoria.
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero, una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios, en Cristo Jesús”. En éstos dos versículos, encontramos tres importantes reglas, que nos ayudan a proseguir victoriosamente, en el movimiento cooperativo nacional.
- Humildad. “No pretendo haberlo alcanzado”. El apóstol se guardaba de la jactancia, que procede de un falso sentimiento de perfección. Sin arrogancia y con humildad, avanzaba.
- Olvidar los fracasos pasados. “Olvidándome ciertamente, de lo que queda atrás”. Pablo, olvidó las glorias del judaísmo. Barrió de su memoria las equivocaciones y los fracasos del pasado para poder correr con desembarazo. Un pasado que nos impide correr con más confianza la carrera de la fe no es digno de ser recordado.
- Avanzar. “Extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta”, afirmó el apóstol. La experiencia cristiana auténtica, no admite paradas ni estacionamiento. El inmovilismo y la inercia, son enemigos del éxito. Quienes no avanzan, sufren inevitables y desgastadores retrocesos.
Hay muchos que en el Movimiento Cooperativo Nacional, comenzaron la experiencia cristiana, motivados por los nobles ideales. Pero se olvidaron de éstas tres reglas. Perdieron el entusiasmo inicial y desanimados, abandonaron la “carrera”. “Nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino, de los que prosiguen, con el objetivo de alcanzar el premio del supremo llamamiento de Dios, en Cristo Jesús y de sus hijos en la Tierra”.
El Presidente Leonel Fernández Reyna, ha decidido tomar en serio la política, y a sus políticos, como los atletas en el escenario político. La política ofrece un camino serio y difícil –aunque no el único- para cumplir con el deber grave que el cristiano tiene de servir a los demás. Sin que pueda resolver ciertamente todos los problemas, se esfuerza por aportar soluciones a las relaciones de los hombres entre sí.
El Decreto No. 456-08, emitido por el Presidente Fernández, ratificó al licenciado Pedro Corporán Cabrera como Secretario de Estado y Presidente Administrador del IDECOOP.
Este decreto me hace recordar el caso concreto de la fe cristiana con el compromiso social, también los Sínodos de la Conferencia de Medellín, de Puebla, del mensaje del Papa de Juan Pablo II, en sus diversos viajes, especialmente a México y Brasil, en la esclarecedora encíclica Laborem Exercens, sobre el trabajo del hombre.
El licenciado Pedro Corporán Cabrera, además de político de pensamiento cristiano, tiene en su accionar una clara visión, con sus aportes de construir una nueva civilización. Este hombre que le ha tocado administrar las cosas del IDECOOP, es el símbolo inconfundible de la doctrina, que se compone de elementos que tienen validéz permanente y, otros que son cambiantes, de acuerdo a los problemas propios de cada época del Movimiento Cooperativo Nacional, revolucionario. Esta es la época de un hombre de edad de piedra, que habla de Renacimiento Dorado, es la época de la solidaridad constante y efectiva. Es la época de ratificar afectos, de renovar los compromisos, ¡bien Señor Presidente por esta ratificación!
2008-09-04 18:39:43