El Reformismo y su Situación Interna
En los años 2005 y 2006 dirigimos el periódico mensual “Realidades” que circulaba en la provincia de Santo Domingo Este. Este periódico tuvo una tirada de dos mil ejemplares y tenia una circulación en toda la provincia y todos sus principales centros comerciales. En las secciones del mismo abordamos temas económicos, políticos, empresariales, salud, educación, temas sobre la familia, entre otros. En estos días verificando algunos temas en los archivos nos encontramos con varios análisis referentes al PRD, el PLD y el PRSC que deseamos compartir con nuestros lectores, porque aunque van para tres años que fueron escritos, tienen gran vigencia en la actualidad.
Uno de los partidos que disminuyó su representación, tanto en el congreso como en los ayuntamientos fue el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). La causa de ésta disminución se debe al proceso de diferencias y beligerancias internas que ha vivido esa entidad política, después de la desaparición de su líder histórico, el doctor Joaquín Balaguer.
La situación que ha venido viviendo el reformismo, en el presente, se evidencia como el resultado de una visión, que muchos consideran, errada de los grupos hegemónicos que administran ese partido, al entender, cada grupo o sector, que puede crecer y desarrollar a esa organización, desconociendo la existencia de otros grupos y personalidades que han hecho vida política a lo interno de esa entidad. En el reformismo se ha perdido de vista que el control administrativo de esa entidad por parte de un grupo o sector no le garantiza que los cuadros altos, medios y bajos le sigan en el aspecto político.
Hay quienes entienden que el reformismo ha perdido de vista que las personas o los liderazgos que influyen, dentro de las organizaciones o de la sociedad son aquellos que tienen una base social, sustentada tanto en esfuerzos como en recursos económicos, así como un seguimiento al servicio y en apoyo a las comunidades y a las necesidades más sentidas de la gente.
La diferencia entre un puesto administrativo, que ocupa una persona designada, y un liderazgo influyente sustentado en una base social , producto de la construcción de una fuerza social, es totalmente distinta, por eso se advierte que la gran falla y caída del reformismo se debe a que no ha entendido que el doctor Balaguer tenía un liderazgo apoyado en fuerzas sociales y sectores económicos, que se sentían representados en la personalidad y liderazgo del líder reformista, mientras que los dirigentes actuales del reformismo sólo tienen presencia en los medios de comunicación, sin ninguna incidencia real en el seno de la sociedad. Eso sólo puede suplirlo un liderazgo colectivo, enarbolado con un sentido de integración real y sustentada en la capacidad, el esfuerzo y el respeto de cada persona o sector, que asuma el compromiso de aportar.
La configuración del escenario político y electoral ha cambiado de forma significativa en estos últimos 12 años. La gente anda buscando respuestas a sus necesidades más sentidas, ahora más que nunca, por eso los partidos, que de hecho han perdido gran credibilidad, en el seno de la población, deben proyectar una imagen que refleje su capacidad para enfrentar problemas y ayudar a la gente, a través de sus diferentes representantes. Cuando la gente visualiza la imposibilidad de que una organización política pueda enfrentar con éxitos los problemas cotidianos que les afectan, y por el contrario observa diferencias internas e incapacidad para actuar de forma unificada, ante una situación similar, se reduce el espacio social y político de la organización política que se debate en ese dilema. El reformismo no escapa de esa realidad.
La situación del reformismo luce menos auspiciosa porque la posibilidad que ha venido proyectando esa entidad política, para crecer en el seno de la población, en términos electorales, es la construcción de un liderazgo colectivo con posibilidad de encausar a esa institución, sin embargo esa posibilidad ha ido perdiendo fuerza, por que se señala que los grupos internos, al parecer, han ido perdiendo de vista que esa es una de las pocas posibilidades de relanzar a esa organización en términos políticos y electorales.
Hay quienes plantean que si la visión que sigue prevaleciendo en el reformismo es de que un pequeño núcleo puede “dirigir”, sin el concurso de todos los sectores que han conformado a esa entidad, se podría adelantar que la misma camina a pasos agigantados hacia una disminución mayor del espacio político y electoral ocupado hasta ahora. Sólo la proyección de una organización política con criterios y pensamientos propios puede hacer resurgir al reformismo. Cabalgar el camino presente, buscando sombras y abrigos ajenos, expone al reformismo a perder, aun más, la imagen institucional propia, como en efecto ha ido ocurriendo en estos últimos tiempos.. Para ésta institución cambiar de rumbo y proyectar horizontes propios y comprometidos en el servicio al país y a sus gentes debe proyectar la seguridad de bastarse así misma, para poder llevar la seguridad a la gente de que todavía pueden ser una opción viable de poder.
Si se toma en cuenta que el doctor Balaguer sustentó y erigió su liderazgo trillando su propio camino, proyectando tanto una imagen personal como institucional, lo mas alejada de la búsqueda de prebendas y beneficios propios, se colige que sólo podrán tener éxitos los reformistas que proyecten esa visión en el plano partidario y actúen con esa misma visión e imagen en el seno de la sociedad.
Quienes proyectan posibilidades de éxitos en el plano interno del reformismo son aquellos que entiendan que las alianzas electorales son aceptables y hasta convenientes en una coyuntura histórica determinada, si así lo demandan las circunstancias. Si las alianzas son para avanzar y crecer como institución partidaria la población las percibe como correctas y beneficiosas. Por el contrario, cuando la población percibe las alianzas electorales como una oportunidad para los “dirigentes” buscar beneficios personales y de grupos, que nada tienen que ver con el avance, crecimiento y futuro de una institución política, las mismas son perniciosas. Eso parece haber ocurrido al reformismo en el proceso electoral de mayo pasado.
Evelio Arroyo es Sociólogo, Abogado y Escritor
2008-09-08 14:47:07