CONFUCIÓN EN LA CIUDAD (Cuento)
Por Gilberto Lima
Todo empezó cuando el vespertino tituló: «PLD arde», con letras humeantes en forma de fuego.
Todos, en el Distrito Nacional, desde los más viejos hasta los más postreros se vistieron de rojo y corrían de norte a sur, cual si se tratase de unas modernas devastaciones de Osorio.
Los que estaban por la Zona Universitaria corrieron de Oeste a Este, como las tropas de Toussaint Louverture hacia nuestro país en 1801 y los del Parque Independencia se movilizaron de Este a Oeste, haciendo el típico tapón que se forma en la carretera Mella en las primeras horas de cada mañana.
Algunos no tenían dinero para comprar un extintor, unos llevaron galones de agua, otros arena y más de uno cargaron con sacos de aserrín.
Don Secundino pensó, primero que todo, en la legendaria mata de limoncillo de la Casa Nacional del PLD en la Independencia. Imaginaba en llama su tronco casi centenario.
Y como Secundino, muchos olvidaron a Euclides Gutiérrez Félix y el pedido de que sean sancionados los funcionarios y dirigentes del Partido que se hayan corrompido en el ejercicio del poder, o, de Ligia Amada Melo, quien planteó la necesidad de retomar la educación, la disciplina y la sanción para formar militantes calificados.
La mayoría se concentraron en el fuego y olvidaron el llamado de Euclides Sánchez de volver a Bosch, las expresiones de Elso Martínez, la denuncia de Alejandrina Germán, quien objetó a peledeístas que actúan sólo por cargos, cuestionando el clientelismo y deplorando el abandono de importantes enseñanzas bochistas. Tampoco sospecharon que el senador de Monte Plata arremetería contra el presidente de la organización en la cual lleva un tiempo militando.
Muchos se movilizaron en pos de un fuego inexistente. Hay quienes afirman que la concentración iba desde la Socorro Sánchez, hasta la Delgado, desde la Bolívar hasta la George Washington.
Sobraron conclusiones dependientes de la confusión generada por el candente titular. No obstante el autor de este cuento sólo se limitó a subrayar las tres principales, una, la del crítico de que el dominicano no lee, por el hecho de que sólo leyó el titular, no el cuerpo de la noticia; otra, los que se identifican con el vespertino, estos dicen que la publicación demostró ser una de las más leídas del país; Y por último, los simpatizante del PLD, quienes afirman haber demostrado que esa organización tiene gente para apagar cualquier fuego.
2008-11-20 22:43:16