EL TIRO RAPIDO DE LA SEMANA
de
Mario Rivadulla
El Presidente Leonel Fernández ha sido anunciado para dirigirse a la naciòn en dos tiempos y escenarios en el curso de la pròxima semana.
La primera serà el lunes 8, a partir de las 9 de la noche, por una cadena nacional de televisión y radio que cubrirà todo el paìs de un confìn a otro. La segunda, dos dìas màs tarde, el miércoles 10, como orador invitado en el ùltimo almuerzo mensual del presente año de la Càmara Americana de Comercio. Si bien èste es un foro limitado, la importancia tradicional que se atribuye a los pronunciamientos dirigidos a ese marco de pùblico compuesto en su mayor parte por empresarios, ejecutivos y diplomàticos hace que los medios de comunicación les sirvan de amplia caja de resonancia y divulgación masiva.
Por descontado que cada oportunidad en que un mandatario se dirige a la naciòn reviste una gran significación. Pero tambièn que nunca antes por mucho tiempo como ahora, ese encuentro del Presidente con el pleno ciudadano adquiere una relevancia mucho mayor debido a las circunstancias especiales por las que atravesamos.
Ni que decir que el paìs se encuentra en la antesala, a muy pocos dìas vista, de un año que de antemano se asegura en extremo difícil, cargado de grandes desafìos, impuesto a sacrificios y a normas de austeridad muy estrictas cuya aplicación debe comenzar por los planos màs altos del gobierno y de la misma sociedad, para permear con la autoridad de su ejemplo màs que de su sola jerarquía, hacia todos los restantes estratos.
Por màs que por obvias razones de orden psicològico por parte del propio mandatario y de otros funcionarios de su equipo ministerial, se hayan querido llevar mensajes tranquilizadores a la población, para nadie es secreto que los efectos de la crisis financiera mundial y la recesiòn econòmica universal principalmente en los Estados Unidos, se dejaràn sentir con fuerza en el paìs. Serìa ingenuo pensar que cuando en Norteamérica, con la cual se efectùa màs del ochenta porciento de nuestro intercambio comercial, la economía entra en etapa recesiva, quiebran o requieren de medidas heroicas de salvaciòn, gigantescos consorcios financieros e industriales que eran emblemàticos de su gran poderìo y se pierden, mes tràs mes, decenas de miles de puestos de trabajo, aquì podamos escapar indemnes.
Los perjuicios previsibles en nuestro caso son, principalmente: baja significativa en las remesas, reducciòn del flujo turìstico, disminución de la inversiòn extranjera, endurecimiento de medidas migratorias que frenaràn el flujo de dominicanos hacia naciones desarrolladas en busca de un mejor futuro, entre otras. Todo ello, acentuarà los diversos problemas de factura local que arrastramos desde hace muchos años: desde la grave crisis elèctrica hasta los crìticos niveles de pobreza en que se desenvuelve la existencia de tres o màs millones de dominicanos.
Las causas de la crisis se han identificado y aireado hasta la fatiga. Conocemos la razòn del mal. Pero, la gran interrogante, es ¿què hacer para enfrentarlo y reducir al mìnimo posible sus efectos perniciosos? Es la pregunta que queda pendiente de respuesta, al cabo de los diferentes seminarios, reuniones y talleres que se han efectuado en todos estos meses.
Al Presidente Fernàndez, como timonel de la nave del Estado, es a quien toca responderla. Es lo que la ciudadanìa, en buena medida angustiada con sobradas razones, espera de las dos intervenciones del mandatario, para saber por dònde debemos marchar en lo adelante a fin superar la crisis y què se espera de cada uno de nosotros para contribuir a las tareas necesarias para lograrlo.
2008-12-08 18:21:10