EL TIRO RAPIDO
De
Mario Rivadulla
El tema lo hemos abordado en otras ocasiones. Pero dada su importancia, amerita volver sobre el mismo. Se trata de la gran cantidad de dominicanos que carecen de actas de nacimiento, y por consiguiente, de cédula de identidad personal y electoral. Su número se cifra por encima de los cuatrocientos mil. Son otros tantos seres humanos que no disponen de identidad legal. Son habitantes, pero no ciudadanos.
La limitación que esto supone para ese gran contingente de compatriotas es de una amplitud y gravedad extraordinarias.
Al no constar su nacimiento en el Registro Civil ni poder extenderles la Junta Central Electoral la correspondiente cédula que les sirva de identificación no pueden cursar estudios a partir de la Secundaria, ni obtener un pasaporte, ni casarse, ni ejercer el sufragio, recibir o dejar una herencia.
Están impedidos de abrir una cuenta de banco corriente ni de ahorro, de expedir o cobrar cheques. No pueden comprar una casa, o un terreno o recibir una parcela de la Reforma Agraria. Les resulta imposible adquirir un seguro de salud e inscribirse en la Seguridad Social. Simplemente están privados de personalidad jurídica y de ejercer los derechos que corresponden a todo ciudadano.
De ahí que cuando la actual Junta Central Electoral, paralelamente al compromiso de montar y gerenciar unas elecciones ejemplares tal como en definitiva consiguió, decidió abocarse a tratar de remediar esta situación, saludamos esa disposición y reclamamos que el gobierno dotase al organismo de los recursos necesarios para llevarla adelante.
Se ha elaborado un programa móvil a base de vehículos debidamente equipados para normalizar esta situación tan irregular. Se ha dispuesto también un control más exigente sobre el registro de los nacimientos en los diferentes hospitales.
En cuanto al operativo móvil, se tiene entendido que al presente está trabajando de manera muy precaria por falta de los recursos suficientes para equipar la cantidad proyectada de vehículos que permitan agilizar el trabajo. Es de suponer que con una estructura de presupuesto tan rígida como la enviada al Congreso por el Poder Ejecutivo, en la cual la Junta Central Electoral recibirà muchos menos recursos que los solicitados, la labor de dotar de identidad a cuantos carecen de ella se verá seriamente frenada.
2008-12-16 17:15:34