Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO

De

Mario Rivadulla

En la alocución que dirigió al país semanas atrás en torno a la crisis financiera y económica internacionales y las perspectivas del país para el presente año como consecuencia de esa situación de repercusiones generales, el Presidente Leonel Fernández anunció su disposición de convocar a las que llamó “fuerzas vivas” a un gran encuentro en este mismo mes de enero con la finalidad de elaborar una estrategia de consenso para enfrentar los retos que nos depara el 2009.  Obvio que aunque no mencionó de manera especìfica a los partidos políticos, éstos en modo alguno pudieran quedar excluìdos de esa convocatoria. De hecho, ya tanto el PRSC como el PRD le han tomado la palabra al mandatario y anunciado su disposición de participar en ese esfuerzo.

En ocasiones anteriores hemos insistido en que la crisis mundial, que agrava los efectos de los problemas que confrontamos localmente, tiene que ser asumida con sentido de compromiso colectivo.  Hoy más que nunca, se nota la falta de un proyecto de nación con una agenda de prioridades sobre temas que son de comùn interés y que deben trascender los límites tanto del interès partidario como sectorial.



Que posibilite dar continuidad a las políticas de Estado y también a la toma de conciencia y comportamiento de la sociedad en pleno.  De haber contado con ese programa-país,  los riesgos a enfrentar podrìan ser solventados de manera mucho más fácil y menos costosa.

Lamentarse, sin embargo, no lleva a parte ni aporta soluciones.  Nunca es demasiado tarde si comprendemos que la unión hace la fuerza y que en la medida en que todos empujemos en la misma direcciòn, aumentaràn nuestras posibilidades de salir bien librados de esta dura experiencia que ha tocado a las puertas de todos los países del planeta. Más aùn que pudiéramos convertir la crisis en oportunidad de crecimiento

Para ello será necesario que se vaya a la mesa de discusión con espìritu amplio y en actitud sincera.  Que se tenga la cabal convicción de que està en juego el interès nacional y se dejen de lado apetencias que, aún legìtimas, bajo las actuales circunstancias resultan inoportunas y hasta mezquinas.

Como es natural corresponderá al gobierno no solo formalizar la convocatoria sino acompañarla de señales claras de que irà al diàlogo con una agenda abierta y la mejor disposición de acoger ideas y sugerencias que resulten válidas sin importar su procedencia,  pero sobre todo con la firme decisión de dar cumplimiento a los acuerdos a que pueda arribarse.   

 

La oposición por su parte tendrá que dar notaciones de que no va al encuentro con la finalidad de sacar ventajas ni de convertir el mismo en un infecundo escenario de inculpaciones y reproches a la actual Administración, sino en ánimo de aportar soluciones. De hecho, la mayoría de los problemas que confrontamos son de factura añeja y de responsabilidad compartida en el tiempo por los diferentes gobiernos que hemos tenido.

A los demás sectores de la vida nacional que asistan, estar también conscientes de que no pueden pretender utilizar ese escenario para la defensa de sus intereses particulares,  cuando lo que está en juego es el destino de la naciòn frente a circunstancias muy especiales.

Si tal es la disposición de los participantes, es muy posible que estemos dando los primeros pasos firmes encaminados al necesario proyecto de nación.  De lo contrario, tendremos que conformarnos en el mejor de los casos con otro evento más de naturaleza retórica, cuando no en un nuevo marco de infecundas y estériles polémicas en momentos en que menos podemos permitirnos el lujo de esa penosa pérdida de tiempo y esfuerzo constituyéndose en una burla a una ciudadanía expetante que espera y requiere orientación.

2009-01-07 16:24:49