El desarrollo de la capacidad del pensamiento crítico, la creatividad y la innovación, más que objetos de enseñanza, como dice el discurso presidencial, constituyen ejes transversales del proceso formativo de la educación.
Agregaría un eje temático formativo que a la vez sí es instructivo y no menos importante, tal es la capacidad de gestión de finanzas personales.
Esta constituye otra de las lagunas del sistema educativo. La verdad monda y lironda es que la mayoría de los bachilleres termina el nivel medio sin aprender siquiera lo que es una cuenta corriente. En consecuencia, los dominicanos somos propensos a las malas decisiones de negocios personales, el endeudamiento sempiterno y la discapacidad administrativa.
En otros casos, somos víctimas impotentes e impasibles del paralegalismo de las gestiones de cobros de las empresas de servicios privadas y gubernamentales, las cuales devienen en verdaderas financieras que drenan los bolsillos y restan liquidez a las pymes.
¿Conspiración, ignorancia o negligencia del sistema educativo? Los gobernantes de los tres poderes del Estado, el que se ha gastado la ciudadanía dominicana durante 165 años de vida republicana, tuvieran que responder a esa pregunta. Mientras tanto, defiéndase como pueda, pues no es agenda de los gobernantes el mejoramiento de sus finanzas personales, ni le importa cuando usted ?cae en olla? debido a la combinación de esos factores. Muy al contrario, su desgracia es la mejor fuente de materia prima del clientelismo y el hiperpartidismo.
Los casos más paradigmáticos son los de las tarjetas de crédito, las distribuidoras de electricidad y los préstamos hipotecarios.
Por alguna razón, la mayoría considera un tabú esa temática, debido al riesgo de que los acusen de defensores de la morosidad o que sea reflejo de una mala situación económica o ?estar en la olla?.
¿Por qué no es un eje temático del aula la gestión de la tarjeta de crédito, a pesar de que es una pandemia financiera que afecta a cientos de miles de personas cada día?
Si pagara siquiera la tercera parte de su consumo mediante ese instrumento financiero, tenga por seguro que su poder adquisitivo en ese renglón corre el alto riesgo de reducirse en un 8%. Si a eso le agrega su tendencia irracional al consumo, tendría una letal emisión de dinero inorgánico, es decir, aquel que no lo sustenta algún ingreso real.
La consecuencia sería que financiaría mensualmente su déficit, lo que posiblemente eleve sus gastos por servicios financieros a un 10% de sus ingresos totales. Cualquier gasto extraordinario en ese escenario lo llevaría directo al registro de buró de crédito, a veces sin usted saberlo. Si su edad fuera 25 años, imagine el daño irreparable que eso causará a su vida personal y profesional.
2009-03-05 15:06:16