Por Sergio Acevedo
La renuncia de Amable Aristy Castro a su pretensión legítima de aspirar a la presidencia del Partido Reformista Social Cristiano y, consecuentemente, declinar en favor del ingeniero Carlos Morales Troncoso, es una decisión que retrata de cuerpo entero a este gladiador de miles de zafarranchos políticos como un conciliador empedernido, no obstante las escaramuzas que ha tenido que librar en el quehacer político para poderse mantener en los planos protagónicos que el destino le ha forjado.
La decisión es sabia y oportuna porque abre de par en par la puerta del entendimiento en un partido que ha sufrido en los últimos tiempos grandes sacudiones que lo mantienen en un estado potencialmente de cuidado, al tiempo que despeja el camino definitivamente para que la reunificación de los reformistas se convierta en una realidad incontrovertible.
Amable es el reformista que despierta más simpatía dentro de la cantera de dirigentes que comparten el liderazgo de la organización. Fue el hombre que aportó la logística y los votos para que las principales figuras que hoy ostentan la representación del PRSC emergieran a los puestos que ocupan, incluyendo a su levantisco presidente y el mal agradecido ex Secretario General.
Al endosarle su apoyo a Carlos Morales Troncoso, construye una plataforma humana y política estupenda que será fundamental en el recorrido que habrá de realizar el PRSC en esta nueva etapa. Morales habrá de ser el ente aglutinante, el eje en el cual giraran los reformistas de cara a su reencuentro, mientras que Amable será el nervio y el motor que habrá de encender la maquinaria en aras de la conquista del Poder.
Carlos tiene un potencial que hay que aprovechar, porque si bien es cierto que no es un hombre de tumultos partidarios, sí es una figura realizada, con ribetes presidenciables inconfundibles y con posibilidades reales de ganar unas elecciones, debido a esa amalgama de cualidades que convergen en su persona y que lo hacen apetecible para cualquier organización que ande en busca del Poder.
El reformismo se llena de esperanza con la llegada de Morales Troncoso, lo mismo que con el pacto que acaba de firmarse con el PLD para la reforma de la Constitución y para concurrir unidos a las elecciones de medio termino. Dicho acuerdo es consustancialmente beneficioso para el partido y para el país debido a que el mismo garantiza la aprobación sin contratiempo de la Carta Magna, al tiempo que posibilita una participación conveniente de los reformistas en esos comicios.
Desde luego que el pacto no debe quedarse ahí, en esos linderos, sino que el mismo debe ampliarse para que sean incorporados aspectos puntuales y coincidentes de los programas de ambas organizaciones, en lo relativo a la lucha contra la pobreza y en la solución de problemas sentidos de la población, especialmente el referido al suministro eléctrico, sin el cual no puede haber un desarrollo sostenido, ni las empresas pueden competir en los mercados internacionales para generar divisas y empleos.
Con la celebración de su tanta veces pospuesta asamblea, el reformismo entrará en una nueva etapa, dará un salto cualitativo y se insertara convenientemente en el mercado político en busca de su posicionamiento. Si la plancha de consenso que se va a presentar es equilibrada y representativa, no hay duda de que los reformistas volverán a su partido y trabajarán para su retorno al poder.
La democracia interna habrá de prevalecer por encima de cualquier otra consideración y la participación deberá ser efectiva para que el partido se dinamice y pueda recobrar su espacio. Nos esperan largas jornadas de lucha, tenemos que caminar sin prisa y sin pausa hacia la conquista de nuestro propio destino, porque el país merece un nuevo enfoque, una nueva visión y un nuevo compromiso en la tarea de gobierno.
Amable es el artífice de esta estrategia, de esta nueva agenda que nos sitúa en la portada del camino hacia el Poder. El ha sido quien ha tocado el clarín de un nuevo día, llamando a los reformistas de todo el país con el grito de guerra de Balaguer: Reformistas, otra vez a la carga, a gritos de vencedores.
2009-06-05 19:55:33
